PSICOLOGÍA

Cómo actuar cuando nuestro hijo no quiere ir al colegio

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Nos ha pasado a todos los padres cuando amanece el niño quejumbroso y diciendo “mamá, me encuentro mal”.  La siguiente frase es “no quiero ir al colegio”.  Generalmente es verdad, y por ello les tocamos la frente y les preguntamos qué les pasa. La sorpresa se da cuando sentimos que el niño está bien y que se lo está inventando para no ir.  Toma nota de lo que puedes hacer cuando tu hijo no quiere ir al colegio.

El cerebro de las madres es muy rápido. Ante esta situación, enseguida comienza a elucubrar razones por las que puede estar pasando esto. ¿Será que algo le ha sentado mal y se ha intoxicado? ¿Estará incubando un virus? O, ¿será “cuentitis”?

Cuando esta hipótesis cobra fuerza, ya sea por intuición o por razones que nos son obvias (por ejemplo, después de las vacaciones, o tras estar intensivamente con nosotros), debemos manejar esa situación con cariño y tacto, pero siempre prestándole la atención que merece.

Todos los padres nos vemos alguna mañana con la negativa de nuestro hijo a ir al colegio (Foto: Pixabay)

El comodín del mal día cuando tu hijo no quiere ir al colegio

Un día tonto lo puede tener cualquiera.  Y si nos sucede a los adultos, ¿cómo no les va a pasar a los pequeños?  En estos casos, lo primero que va a querer el niño es quedarse en casa.  Cuando esto sucede, hay diferentes estilos parentales sobre ausentarse del colegio sin una justificación legítima. Hay quien se reirá del “buen intento” por parte del niño, ayudándole a vestirse y a prepararse para el colegio, pero hay quien le dará un abrazo y le meterá de vuelta a la cama.

Aseverar cuál de los padres está actuando mejor es difícil, porque cada niño es un mundo. Todo dependerá de cómo es el pequeño. Nadie como su madre para conocer sus trucos y estrategias. La prescripción genérica sería que no se debe acceder a la primera, por el riesgo a sentar un precedente.

Es importante escucharle con atención e investigar qué puede pasar, por si es grave (Foto: Unsplash)

Hay que preguntarle varias veces y asegurarse de que haya una verdadera razón. En los casos en los que veamos que no hay ningún motivo de peso, habrá que aducir que “es su obligación”, al igual que los mayores vamos al trabajo, nos apetezca o no.

Ahora bien, si los padres vemos que cuando un hijo no quiere ir al colegio la razón es que el niño tiene un mal día, o está muy cansado, tampoco pasa nada si le dejamos jugar al rol del enfermo por una vez. Le servirá para descansar y sentirse cuidado y querido. Distinto es que lo vuelva a hacer reiteradamente. En ese caso debemos sospechar que la situación va más allá del mal día. El concepto de comodín alude, precisamente, a la singularidad del hecho.

A veces simplemente tienen un mal día y necesitan descansar un poco (Foto: Unsplash)

Las razones para no querer ir al colegio

Motivos para quedarse en casa al niño no le faltan. En la cama durmiendo se está muy bien y tener un día hogareño “gratis” y con todos los mimos parentales no está nada mal. Al margen de eso, existen algunas razones típicas por las que el niño puede presentar rechazo a ir al colegio:

  • Tras las vacaciones: Más de una familia lo habrá vivido en estos días de vuelta al cole, con la negativa infantil a ir al colegio. Esto suele ser relativamente normal y tiene que ver con asumir nuevas rutinas muy exigentes y distintas a no madrugar, tras haberse pasado más de dos meses de vacaciones.
  • Angustia de separación: Esta es una reacción emocional patológica que se produce en algunos niños cuando se separan de su figura de apego, generalmente sus padres.  Se traduce en una ansiedad y miedo intensos y desproporcionados a la hora de separarse de ellos. Cuando son muy pequeños tiene el componente biológico y evolutivo de sentir inseguridad al estar lejos de sus cuidadores, y por ello a veces se produce al ir al colegio.  Sin embargo, cuando ese es el caso, necesita tratamiento psicológico profesional.
La ansiedad o el pánico pueden estar detrás de estos comportamientos (Foto: Pixabay)
  • Ansiedad social: Sin llegar a ser fóbicos, algunos pequeños tienen una gran ansiedad social a la hora de relacionarse con otros niños de su edad. El colegio supone un entorno abrumante de interacciones sociales en el que, a menudo, temen ser rechazados, juzgados o ridiculizados por sus compañeros o incluso por los propios profesores.  Lo habitual es que lo vayan superando con ayuda de sus padres y sus tutores, pero hay que tener cuidado con que no inicie comportamientos evitativos de asistir al colegio, ya que se podrían generalizar hasta convertirse en una fobia.
  • Otros trastornos: El rechazo sistemático por ir al colegio también podría derivarse de alguna condición clínica que necesite tratamiento. Ejemplos son la agorafobia, los ataques de pánico, o la neurosis obsesivo-compulsiva. Asimismo, los niños con algún grado de autismo o con alta sensibilidad podrían rechazar ir al colegio, al requerir un proceso de adaptación más especial y tener sus propios tiempos.
El acoso o cambios en el ambiente familiar pueden influir si tu hijo no quiere ir al colegio (Foto: Zhivko Minkov Unsplash)
  • Padecer bullying: Otra de las razones que explican el deseo sostenido de no ir a clase por parte del niño que esté siendo acosado en el colegio.  Cuando sea el caso, deberemos prestar atención a las señales de bullying desde casa. Además del rechazo al colegio o de una bajada en el rendimiento académico, son esperables otros signos: problemas físicos producto de la somatización, y cambios en su comportamiento y gustos, además de mostrarse esquivo con los padres.
  • Alguna modificación en el ambiente familiar: Ciertos cambios en la situación en casa pueden derivar en una ansiedad en el niño que se acuse queriendo faltar al colegio.  Se puede dar, por ejemplo, ante el divorcio de los padres, o cuando el niño tiene un nuevo hermanito.  Son situaciones que les pueden generar estrés hasta que las vayan asimilando.  Con este tipo de comportamientos, los niños buscan la atención de los padres.
Los lunes suelen ser días duros para todos (Foto: Pixabay)

El indicador de los lunes

Saber si el no querer ir al colegio debe preocuparnos pasará por observar la frecuencia con que esto sucede. Si ha pasado una única vez o viene pasando cada dos o tres meses podría tratarse de un agotamiento puntual o de una necesidad del niño de descansar su batería social escolar.

Sin embargo, hay algo que nos puede ayudar a identificar la existencia de un problema:  si vemos que el niño “casualmente” empieza a demandar no ir al colegio todos los lunes, o coincidiendo con ese día de la semana, debemos pensar que le pasa algo.

Cuando tu hijo no quiere ir al colegio es normal que te asalten muchas cuestiones (Foto: Pixabay)

Qué podemos hacer los padres cuando tu hijo no quiere ir al colegio

Lo primero y más importante que debemos hacer cuando tu hijo amanece diciendo que no quiere ir al colegio es tomarlo en serio. Esto implica escucharlo con atención. No asumir que tiene cuento o está mintiendo. Asimismo, sirve para validar las emociones del niño, cualesquiera que sean.  Hacerlo así les hará confiar en nosotros, y a la vez dejar la puerta abierta al diálogo y a que nos cuente la verdad.

A continuación, tendremos que averiguar la causa real, basándonos en lo que conocemos de nuestro hijo, en lo que dice y en nuestra propia intuición.  Esto puede obligarnos a hacer algo de investigación, contactando con los padres de sus amigos, por ejemplo.

Es muy importante que el profesorado esté al tanto de este tipo de cuestiones (Foto: Unsplash)

Y, por supuesto, hablando con el colegio. Allí también conocen a tu hijo y saben cosas que tú desconoces en términos de sus relaciones sociales. Reunirte con su profesor puede ser de gran ayuda, y además allí están acostumbrados a lidiar con estos temas.

Si el niño es muy pequeño y tiene algún problema en clase, tal vez no lo sepa expresar con palabras, pero sí con síntomas. En ese caso, debemos ayudarle a explicarse, dándole ejemplos.  “A veces a mí me duele la tripa cuando estoy preocupada, ¿a ti te pasa?”  En esta línea, también podemos tratar de interpretar sus dibujos, diciéndole que nos pinte su cole, su clase, o sus amiguitos.

Patricia Peyró

Psicóloga de carrera especializada en divulgación. Escribo en distintos medios sobre psicología, gastronomía y life&stlyle. Dirijo el blog de tendencias www.madridmuychic.com.

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