Al margen de los beneficios cardiovasculares y de ponerse uno fit y estupendo, son muchos los que se ven tentados a sucumbir al placer de las endorfinas supuestamente producidas en nuestro cerebro tras correr. La parte estética del running también ayuda, para qué nos vamos a engañar. Por eso el que no corre suele sentir un ápice de envidia de los que sí lo hacen.
Sin embargo, todos aquellos runners con los que te cruzas el domingo por El Retiro y que no parecen ni sudar, seguramente llevan un largo camino recorrido de esfuerzo previo, con entrenos largos y duros, muchas veces cargados de dolor.
Estas dificultades se vencen físicamente, pero la lucha comienza en el interior y a nivel mental. Es por ello que, al igual que sucede en otros deportes, el running se puede mejorar si se incorporan técnicas mentales y psicológicas como puedan ser la meditación, la visualización y el mindfulness.
La idea vendida en Instagram es ponerse en forma a base de técnica y con poco más que unas buenas zapatillas, pero antes debemos vencer algunos demonios. Tras años copando portadas y titulares, el running ha demostrado ser mucho más que una moda pasajera. Incluso y a pesar de las nuevas e incipientes competencias de lo extremo del crossfit o de sus versiones más light y edulcoradas en forma de marcha nórdica o de simple caminata.
Todas pisan fuerte como nuevas fuentes de bienestar e inspiración deportiva, pero el running continúa siendo el rey. Las razones están en la relativa facilidad para su práctica a cambio de ventajas físicas y cardiosaludables sobresalientes.
Hasta ahí la teoría. En la práctica, la cosa no es tan sencilla, y muchos no soportan el sufrimiento o las agujetas de las primeras carreras. Sin embargo, la falta de experiencia no ha de estar reñida con la ambición. Con el entrenamiento adecuado, se puede adquirir, pero habrá que ir paso a paso, estableciendo metas realistas, y poniendo sobre la mesa las dificultades reales para irlas superando una a una. Y antes de ponerte las zapatillas, piensa que el primer paso lo deberás dar siempre en tu mente.
Ya seas un consumado corredor, un amateur o, simplemente, te apetezca iniciarte en el deporte del running, toma nota de cómo incorporar el mindfulness y la meditación al running, y beneficiarte así de las técnicas mentales y psicológicas en tus rutinas deportivas.
Cada vez son más los runners y deportistas semiprofesionales que apuestan por considerar un enfoque más holístico a la hora de entrenar. Todo con el fin último de mejorar sus resultados y, muy especialmente, de dominar la parte mental del deporte y que se activa en los momentos de mayor dificultad.
Porque, a la hora de valorar el iniciarte en este o cualquier otro deporte de gran exigencia, recuerda que en el deporte contamos con dos obstáculos: el físico y el mental. Esta debe ser la primera de tus premisas para no sucumbir ante la primera dificultad.
Una de las técnicas propuestas actualmente está en la meditación, que se podrá aplicar antes y durante la carrera, según explica la terapeuta y experta en meditación Claudia Miraglia, partidaria de entrenar la parte mental del running.
Según recuerda Miraglia, “una práctica importante en la meditación es el foco y la atención. Al meditar se atiende a otros aspectos de la conciencia, tales como la respiración o la atención consciente de experiencias, entrenando así la mente para abarcar otros aspectos de la misma, que en ocasiones olvidamos.” Así, donde ponemos atención, focalizamos la experiencia que estamos viviendo.
Análogamente, cuando realizamos deporte, si nos centramos en una lesión o molestia, la vivencia se convertirá en eso, limitando así el resto de los beneficios deportivos potenciales a lo largo de ese entrenamiento. En este sentido, la meditación te podrá ayudar. “Al entrenar la mente de esa forma, comienzas a enfocarte en una forma diferente cuando realizas una práctica deportiva”, asegura la experta.
Por otro lado, la meditación también propicia una buena actitud previa al entreno, en la medida en que es capaz de resetear ciertos estados de ánimo que podrían derivar en lesiones. “Si realizas deporte con rabia o frustración puedes llegar lesionar tu cuerpo. Con un maestro o coach que te ayude a tener un balance de tu práctica deportiva y tus técnicas de meditación, conocerás tu mente y los obstáculos de esta, logrando tener una experiencia armoniosa con el deporte”.
“Antes de comenzar a correr se puede hacer el ejercicio de concentrarnos en nuestra propia respiración: así educaremos la mente y crearemos un ritmo de atención. En el momento de la carrera, hemos de centrarnos en inhalar y exhalar, centrándonos en los pulmones”.
La práctica de la meditación nos ayudará a vencer el agotamiento y a no ceder al impulso de rendirnos, promete la terapeuta holística. “Si hemos entrenado en meditación antes de la carrera, llegará un momento en que, a pesar de que la mente nos lleve hacia el pensamiento negativo, sólo el darnos cuenta de lo que está ocurriendo nos hará regresar a esa atención consciente y así conseguir superar el agotamiento”.
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