Cómo se comporta un hombre narcisista a lo largo de una relación de pareja
Así actúa a la hora de conquistar y así va cambiando un hombre que se quiere mucho a sí mismo.
Gracias a una figura pública, últimamente hemos oído hablar del narcisista dentro de las relaciones, equiparándolo poco más o menos que con el mismísimo diablo. Lo primordial de esta personalidad parece ser el poder que ejerce sobre su pareja, a la que va convirtiendo, poco a poco, en una víctima a la que va mermando su autoestima.
Esto implica que la percepción que tiene de sí misma se irá haciendo cada vez más pequeña, hasta sentirse confundida e inferior a su pareja, además de dependiente. Pero ¿cómo empieza todo y en qué momento se transforma? Repasamos el comportamiento del hombre narcisista a lo largo de la relación, cómo se manifiesta el abuso psicológico y por qué es tan difícil salir.
La toxicidad del narcisismo en la relación
Quienes han vivido de cerca la experiencia de salir con un narcisista lo saben: el narcisismo patológico es quizá una de las problemáticas más tóxicas y peligrosas que existen. Lo es, precisamente, porque es tan difícil de detectar al principio como lo es resistirse a un tipo de personalidad que engancha y enamora en tiempo récord.
Cuando se descubre la verdad, sin embargo, suele ser demasiado tarde. La manipulación psicológica sutil y paulatina a la que somete el narcisista a sus víctimas siempre termina dando paso a un maltrato psicológico con todas las letras.
Estas son las fases por las que pasa la relación con un hombre narcisista
- El encanto de la conquista: Si viviéramos en un cuento de hadas, el hombre narcisista sería ese príncipe azul con el que todas hemos soñado. Como tal, al principio, el narcisista se muestra totalmente encantador e irresistible: es atento, está fascinado con la otra persona y parece mostrar un interés genuino, marcado por la empatía y la aceptación incondicional.
- El inicio del cambio: Con el tiempo, esa atención casi obsesiva y caballeresca se va transformando para revelar su verdadera naturaleza. Es entonces cuando el encanto del narcisista se va volviendo superficial, y empieza a mostrar algunos cambios. A menudo, estos comenzarán poniendo malas caras o haciendo pequeñas críticas por las que empiece a hablar mal a la pareja, dirigiéndose a ella con desprecios, críticas y comentarios peyorativos.
- La metamorfosis final: Lo que en un principio parecía no tener importancia va asentándose en la relación, hasta que los desprecios del narcisista se convierten en lo normal, minando cada vez más la autoestima y seguridad de la mujer. Esta transformación no es inmediata ni obvia, sino gradual, hecho hará muy difícil salir de la relación. Tengamos en cuenta que el narcisista engancha a base de dar una de cal y otra de arena. La persona afectada buscará recuperar la parte positiva que conoció al principio.
¿Por qué nos “enganchamos” a un narcisista?
La relación con el narcisista patológico genera una especie de adicción emocional a la que se llega tras llevarse tiempo de exposición a varios mecanismos bien conocidos dentro de la psicología cognitivo-conductual.
- El love bombing: El primero de estos mecanismos es el love bombing, que coincide precisamente con el inicio de la relación. Esta fase de despliegue de encantos no es otra cosa que un bombardeo de amor. Es fácil acostumbrarse e incluso engancharse, aunque pueda abrumar un poco al principio.
- El refuerzo intermitente: El comportamiento cambiante por parte del narcisista se conoce dentro de la psicología como un suministro de refuerzo intermitente. En el caso de las relaciones, consiste en alternar muestras de amor con gestos de rechazo. Genera a la pareja una constante necesidad de aprobación y reconciliación.
- La táctica del gaslighting: Además del refuerzo intermitente, el narcisista más peligroso podrá hacer uso de la táctica del gaslighting. Esta expresión del inglés (a veces traducida al español como “luz de gas”) describe una forma de manipulación. La que la víctima llega a dudar de su realidad, de la objetividad de las cosas que suceden. Por supuesto, de sus propios pensamientos y emociones.
- El síndrome de indefensión aprendida: Las constantes fluctuaciones entre la validación y el rechazo finalmente harán que la pareja se vea atrapada en un bucle entre la esperanza y la desesperación. Esto se ve exacerbado por el síndrome de indefensión aprendida. La víctima femenina termina aceptando el abuso como algo normal, debido a la repetición y a la sensación de no poder hacer nada para evitarlo o escapar.
Cómo salir de este tipo de relación
Salir de una relación con un hombre narcisista es difícil, pero no imposible. Para conseguirlo será fundamental reconocer el abuso, ya sea pidiendo ayuda o dejándonos aconsejar por un profesional que sea capaz de identificar los patrones negativos. En este sentido, la terapia psicológica podrá resultar clave para reconstruir la confianza y fortalecer las herramientas necesarias para salir adelante.
Por otro lado, es muy importante recuperar el contacto con amigos y familiares, ya que los narcisistas tienden a aislar a su pareja, debilitando su red de apoyo. Y si lo hacen es precisamente porque los seres queridos muchas veces comienzan a detectar el maltrato antes que la propia víctima. Todo ello a pesar de la fachada afable del narcisista en público, que es un auténtico experto en disimular.
Si la situación es peligrosa o la mujer se siente amenazada será conveniente planificar la ruptura con precaución, contando con la ayuda de personas de confianza y evitando situaciones de riesgo. En España existen recursos de ayuda seguros y confidenciales como el Instituto de las Mujeres (antes Instituto de la Mujer) o el teléfono 900599316 de la Comunidad de Madrid, que ofrecen asistencia gratuita tanto en materia psicológica como jurídica y social.