Por mucho que nos esforcemos durante esta cuarentena en hacer ejercicio y mantenernos en forma, es muy posible que cuando acabe el encierro tengamos encima algún kilo de más. Y es que el aburrimiento y la desesperación de ver cómo pasan las horas, pueden hacer que visitemos la nevera o la despensa más a menudo y nos olvidemos de comer bien. Chocolate, galletas, patatas fritas o comida basura son algunos de los manjares que pueden hacerse protagonistas de nuestra dieta si no tenemos un poco de cuidado. Hablamos de alimentos que quizás nunca comemos en el día a día, pero que ahora nos apetecen más. Para que estos días no le pasen factura a tu cuerpo, toma nota de las siguientes recomendaciones y haz que la vuelta a la rutina sea más sencilla.
Lo primero que tienes que hacer es crearte una rutina e intentar comer bien. Fija una hora para el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena, y establece lo que vas a comer en cada una de ellas. De esta manera te obligarás a evitar el picoteo entre horas y caer en tentaciones. En total tienes que hacer cinco comidas al día y debes seguir una dieta equilibrada y variada, no vale comer todos los días lo mismo.
Para el almuerzo y el hambre entre horas, lo mejor es que optes por una pieza de fruta. Son saciantes y ricas en vitaminas y nutrientes. Si eres un gran fan de la fruta, puedes tomarla también en el desayuno, pero evita comerla después de las 17.00 de la tarde, ya que tiene un alto contenido de glucosa. Una alternativa pueden ser los frutos secos naturales o encurtidos. Por ejemplo, tomar un par de nueces antes de la comida o la cena reduce el apetito y nos ayuda o no comer de forma compulsiva.
El agua siempre es imprescindible. Se recomienda que cada día bebamos al menos dos litros de agua, y durante la cuarentena esto se debe mantener. Evita bebidas carbonatadas como los refrescos. Ten siempre a mano una botellita de agua y ve controlando lo que bebes. Además, también puedes tomar infusiones que te ayudarán a hacer la digestión y favorecerán la eliminación de toxinas.
Evita los procesados. Ahora que tenemos tiempo libre, es buen momento para cocinar comidas ricas y naturales. Por ejemplo, prepara un bizcocho en lugar de recurrir a los bollos del supermercado, prepara pizzas caseras en vez de comprarlas congeladas; o cocina ricos guisos y no recurras a la comida precocinada. Es el momento de comer bien.
Trata de reducir también el consumo de hidratos de carbono siempre que sea posible. Opta por comer pasta integral, desayuna una tostada de pan con aceite y evita todos los productos que lleven harina refinadas. Los hidratos de carbono no deben estar presentes nunca en la cena y en la comida solo dos veces por semana.
Y por último, haz cenas ligeras. Aplica el dicho de: “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Opta por alimentos cocinados a la plancha o al vapor y por pescados blancos y verduras. Y, muy importante, intenta cenar al menos dos horas antes de irte a la cama.
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