Así es el estadio 5* del Atlético de Madrid

El 6 de septiembre de 1994 fue inaugurado el estadio de La Peineta, un recinto deportivo originalmente propiedad de la Comunidad de Madrid, que fue transferido en 2002 al Ayuntamiento y que 23 años más tarde pasa a titularidad del club Atlético de Madrid a cambio del estadio Vicente Calderón.

Un complejo de 88.000 metros cuadrados de superficie, que nada tiene que ver con aquel proyecto inicial de los arquitectos Cruz y Ortiz, pensado para la práctica del atletismo y que cayó en el olvido, al mismo tiempo que Madrid ahogaba sus delirios de grandeza con las candidaturas fallidas a los Juegos Olímpicos. Esa situación cambió el destino y el viejo estadio de La Peineta está a punto de convertirse en el Wanda Metropolitano, uno de los campos de fútbol más moderno y avanzado del mundo.

Estrenar algo produce una sensación de emoción, incluso cuando se genera una colisión entre corazón y arquitectura, entre señas de identidad y la necesaria evolución. En pocos meses el Wanda Metropolitano será una realidad al servicio de los aficionados rojiblancos, que poco a poco van eligiendo su nuevo acomodo, ya no en la histórica Ribera del Manzanares sino en ese nuevo mega complejo, al noreste de Madrid, en el barrio de San Blas y junto a la M-40.

Un estadio único en términos de innovación, con capacidad para 67.000 espectadores, con 4.000 plazas de aparcamiento, jardines, parque infantil, museo, zonas de ocio con distintos ambientes, estudios de radio y televisión, tiendas, auditorio y restaurantes. Un campo cinco estrellas del que el atlético espera disponer para el inicio de la próxima temporada, en el mes de agosto.

Todo está siendo preparado y estudiado al mínimo detalle; desde el sistema de entrada al estadio, con estación de metro propia; accesos adecuados para aficionados con movilidad reducida; 56 tornos de entrada y salida de última generación, capaces de absorber un gran volumen de personas en un corto espacio de tiempo; mayor distancia entre filas para comodidad de los espectadores o sistemas avanzados de seguridad; todo dentro de los más altos estándares de confort, protección y visibilidad.

Además será el primer estadio del mundo en contar íntegramente con tecnología LED de iluminación, gracias al acuerdo con Phillips Lighting, empresa líder del sector. Los asientos han sido encargados a la empresa Eheim Mobel, compañía con más de 170 años de trayectoria en fabricación e instalación de asientos, que han elegido el modelo ARC para el nuevo estadio, con cuatro tipos distintos; el Arc Lite, asiento plegable de doble pared, en el aforo general; el Arc One, con respaldo ergonómico, tapizado y brazo compartido, para la grada media; el Arc Max, acolchado y tapizado en piel artificial, con portavasos y apoyabrazos, para palcos VIPS y zona Premiun y los exclusivos Arc VIP, destinados al palco de honor.

Pero la joya de la corona y que sin duda va a sorprender a todos es la fastuosa y moderna cubierta, construida en Alemania y que tapará el 90% del campo. 6.000 toneladas de acero, con dos anillos unidos por cables, que conforman una superficie total de 46.000 metros cuadrados. Un esqueleto metálico impresionante diseñado por la empresa Schlaich Bergezmann Partner, consultora internacional, autora de los techos de los estadios Maracaná en Río de Janeiro y Soccer City de Johannesburgo (donde España ganó la final del mundial en 2010 ) y que recubierta con fibra de vidrio, cuenta con 286 metros entre el fondo norte y sur, 248 metros entre el lateral este y el oeste y una altura entre 45 metros (la parte más baja) y 57 metros (la más alta).

El nuevo estadio, además del aforo para 67.000 espectadores, contará con una gran oferta VIP, con 94 palcos privados, situados en la zona de hospitality, en un anillo entre los graderíos bajo y alto, con capacidad para cerca de 15.000 personas. Un lugar con aparcamiento exclusivo, ascensores directos, servicio de catering, restaurant, calefacción, aire acondicionado y circuito cerrado de televisión.

El Wanda Metropolitano, nombre que viene de la empresa japonesa Wanda, líder en el sector inmobiliario con sede en Pekín, y que posee un 20% de las acciones del club rojiblanco, ya está preparándose para acoger a la familia atlética. Una historia distinta, en un nuevo escenario y que debe marcar el futuro del Atlético de Madrid.