Ni los buenos resultados ofrecidos esta semana por la compañía de la manzana (78,3 millones de móviles iPhone 7 vendidos en el primer trimestre de su ejercicio fiscal) han permitido a Apple adelantar a Google como ‘La marca más cara del mundo en 2016’. Con un valor estimado de 109.500 millones de dólares, el ranking anual de la consultora Brand Finnance´s Global 500 ha otorgado el título de marca más valiosa del mundo al gigante buscador, Google. En concreto, el valor de su marca ha crecido un 24% en el último año, mientras que el de Apple ha descendido algo más de un 27%.
Busquemos razones. Son fáciles de explicar si uno ‘bucea’ por los resultados de la compañía capitaneada por Tim Cook. Apple ha tenido en los últimos meses dificultades para mantener su ventaja tecnológica frente a competidores como Samsung a pesar de los problemas con los móviles que ‘estallaban’. Sus cifras de ventas tampoco fueron las de años pasados, especialmente en algunos segmentos de negocio como sus iPad o Apple Watch. Y el amor (llamémoslo así) hacia ella, aunque sigue en cotas muy altas, no es el mismo desde la muerte de su fundador, Steve Jobs.
Apple sin embargo sí que ha logrado alzarse con otro título. El de ‘Compañía más íntima de EEUU’ que concede en este caso la firma MBLM (Brand Intimacy Agency). ¿Y qué es eso de la intimidad? Tiene que ver con la forma en la que Apple sabe aprovechar los lazos emocionales entre el cliente y la marca. Y es verdad que aquí es fácil demostrar la buena relación que hay entre el usuario de un iPhone, por ejemplo, y la propia compañía, entre otras cosas por la buena tecnología que emplean, la innovación, el diseño de sus productos o la experiencia del cliente.
Y nos queda Lego. Volviendo al índice Global 500, la compañía de juguetes ha conseguido alzarse con la distinción de ‘La más poderosa del mundo’. Se trata de una empresa cuyo valor de marca aumenta por factores como la familiaridad, lealtad, satisfacción personal o reputación corporativa. Lego sustituye en el primer puesto a Disney, líder hasta el momento. El poder de una marca es importante y no solo para sus ventas sino para su reputación. Una marca poderosa puede proteger el valor de la compañía en épocas de crisis y turbulencias.
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