¿Quién quiere comprar Lanvin?

Como casi siempre, Reuters hacía saltar la noticia: «Nervios en Lanvin, la firma de moda más antigua de Francia«. Nervios porque parece que este 2016 no será fácil si tenemos en cuenta los resultados – medidos en ventas- de la firma. Ni su nueva directora creativa, Bouchra Jarrar, ni sus ejecutivos han sido capaces de reinventar una marca que necesitaba un ‘revival’ urgente. La última semana de este mes será decisiva para el futuro de Lanvin, ya que sus dueños (privados) han encargado una auditoría a Long Term Parners para ver qué hacer con la empresa.

Los resultados para 2016 no son muy esperanzadores, con unas pérdidas estimadas de diez millones de euros. Fuertes caídas si tenemos en cuenta que Lanvin mantenía resultados en números verdes durante la última década. Según Reuters, los descuentos del 50% en muchos de sus productos en su web son una señal más de que las cosas no funcionan como deberían ya que, normalmente, las formas de super lujo no suelen hacer rebajas tan espectaculares en sus páginas oficiales.

La principal accionista y quien controla la unidad de negocio de Lanvin es la multimillonaria taiwanesa Shaw-Lan Wang. Una mujer que, según todas las fuentes, tiene un fuerte carácter y no está muy dispuesta a perder dinero durante mucho más tiempo. Fue ella la encargada de despedir al anterior director creativo, Alber Elbaz tras una fuerte discusión al no aceptar su plan de expansión e inversión en tiendas propias y en la marca.

Reuters cita a analistas que aseguran que Lanvin podría haber sido el contrapeso de Valentino, que tras una inyección de capital importante ahora cuenta con ventas de 1.000 millones de euros anuales. El mejor momento de Lanvin fue en 2012, antes de que su presidente ejecutivo, Thierry Andretta, (ahora CEO de Mulberry de Gran Bretaña) renunciara por diferencias estratégicas. En aquel año los ingresos alcanzaron los 235 millones de euros y los márgenes operativos de la compañía se situaban en torno al 10-12%.

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