¿Sabes cómo bautizar a tu empresa?

Que sea pegadizo, que tenga gancho, que defina a la perfección la actividad a realizar pero que a la vez sea original, pero no demasiado para que se pueda recordar… escoger el nombre adecuado para una empresa no es empresa fácil (valga la redundancia). Existen multitud de páginas sobre nombres para bebés que sirven de ayuda a papás indecisos: los más puestos, los más raros, los mitológicos… toda una gama de opciones a gusto de un consumidor que, sin embargo, se ve perdido cuando en lugar de una persona tiene que bautizar un negocio.

Las empresas online han proliferado tanto en los últimos años que es difícil adivinar si un nombre ya ‘está cogido’ y si alguien ha sido más rápido que tú poniéndoselo a un negocio similar al tuyo. Pero La Red es sabia, y ofrece un universo tan amplio de posibilidades como páginas existen en ella. Así, existen herramientas como la que ofrece 1and1, que pueden ayudarte a elegir un buen nombre de acuerdo a los motores de búsqueda de Google, a la actividad de tu negocio, tu lugar de residencia o el tipo de clientes que quieras captar.

Un nombre es una seña de identidad, algo que dice mucho de nosotros sin necesidad de presentarnos personalmente en ninguna parte o ante ninguna persona. No nos damos cuenta, pero lo utilizamos continuamente en diferentes versiones y lo adaptamos a las circunstancias o personas con las que nos relacionemos en función de lo que queramos transmitir:

• «Me llamo Manuel». Seguramente utilicemos nuestro nombre real si hablamos con alguien de trabajo, negocios, etc.
• «Me llamo Lolo». Usamos diminutivos o apodos para tratar con gente cercana como amigos, familia, etc.
• «manuel.garcia@gmail.com». El correo electrónico debe incluir nuestro nombre real para denotar seriedad y aportar datos fehacientes al remitente.
• @Lolo84, manolo_madrid, etc. pueden ser nombres más impersonales que sirvan como nicks en nuestras redes sociales.

En el caso de una empresa, el nombre desde su puesta en marcha es tanto o más importante que el de una persona porque una vez lo pongamos, será difícil cambiarlo sin crear confusión en el cliente y volver a reafirmarnos en nuestra calidad y prestigio. El nombre de una marca o empresa es la parte más poderosa del mensaje que se quiere comunicar, tal y como señala un estudio realizado por Siegel + Gale, una firma global dedicada al posicionamiento mercadológico, de ahí la importancia de hacerlo lo mejor posible.