Los integrantes del sector lujo difícilmente podían imaginar hasta hace poco, que comer en un puesto de comida en la calle pasaría a considerarse un lujo, eso sí con una estrella Michelin. Esto es lo que ha ocurrido con dos puestos de comida callejeros en Singapur que el pasado mes de julio se convirtieron en los primeros de este tipo en el mundo premiados con una estrella Michelin.
El Hong Kong salsa de soja arroz con pollo y fideos y Hill Street Tai Hwa fideos de cerdo son ejemplos de ‘vendedores ambulantes’ que sirven calidad a la mitad de lo que cuesta un Big Mac en un McDonalds local. Al leer esto lo lógico es que se pongan los ojos como platos. Pues sí, parece ser que esto empieza a formar parte de la transformación disruptiva del lujo y también indicios de que el lema “el lujo lo hace el precio” puede cambiar.
Otro ejemplo es el bar temático y un salón de lujo Pepsi en Manhattan. En enero de este año Pepsi anunció planes para lanzar Kola House, un bar y un salón de lujo en el distrito Meatpacking de Manhattan. En la barra se ofrece un «menú completo artesanal” construido alrededor de la nuez de cola.
Las expectativas de los consumidores de lujo están cambiando rápidamente como consecuencia de la fórmula riqueza x conectividad. El lujo ya no es solo un traje de alta costura, un bolso de diseño o unas vacaciones caras. La conectividad ha revolucionado los estilos de vida y como consecuencia se han desplazado las fronteras de lujo de lo físico a lo inmaterial.
Tradicionalmente nuestro imaginario identificaba estatus igual a posesión de ciertos objetos. En la actualidad, el estatus habla no de «lo que tengo” y sino sobre “quién soy”: es decir, más ético, creativo, conectado, de buen gusto, etc.
Las implicaciones para el consumo de lujo son muy amplias, ya que los consumidores premium intensifican su búsqueda para vivir y encarnar estos ideales. Pero también, son oportunidades para las marcas si son capaces de entender y cumplir el nuevo modo de pensar en lujo.
El contexto socioeconómico mundial nos dice que la disminución del turismo en toda Europa, la inestabilidad en el Oriente Medio y el debilitamiento del crecimiento económico en China están manteniendo el sector encerrado en una desaceleración. La consultora Bain y Company ha estimado en mayo de 2016 que hasta esa fecha el sector solamente ha crecido un 1%. Aunque, las perspectivas económicas apuntan a 295.000 millones de euros en 2020.
El sector ha de reorganizarse con formas más variadas, complejas, individualizadas y significativas tanto a nivel de consumo como empresarial. Ejemplo de ello son nuevas las formas de intercambios de intereses italianos y chinos que están potenciando las economías de dichos países.
Habitualmente, los estudios de moda se realizan en Europa, la cadena de suministro está en China y el uso de telas y materiales son italianos. Añadiendo a estos ingredientes un enfoque inteligente que pasa por utilizar la desaceleración como una oportunidad para reajustar el pensamiento e innovar en todo el paisaje de lujo.
El futuro del lujo en 2017 pasa por estas cinco tendencias:
Referencias:
New Trend Briefing from TrendWatching | THE FUTURE OF LUXURY. (2016). trendwatching.com. Disponible en https://goo.gl/952qqr [26/09/16].
CONCEPT | . (2016). Whiteshow.it. Disponible en http://www.whiteshow.it/about-us/ [26/09/16].
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