Comala, el giro de la taquería de Abraham García
Unos cuantos afortunados locales no son sólo restaurantes, sino que nacen con el título de “restaurante must-go”.
Unos cuantos afortunados locales no son sólo restaurantes, sino que nacen con el título de ‘Restaurante must-go’ por derecho, teniendo luego, eso sí, que defender esta especie de título nobiliario que lo es por herencia de la nobleza de sus padres.
Los grandes chef consiguen la fama y tienen restaurantes extraordinarios que por desgracia y a menudo son poco rentables por su escasa amistad con las rentas bajas del ciudadano medio. Es por ello que los empresarios-chef (o chef-empresarios) más rápidos ya comenzaron hace años a montar aquello que dieron en llamar, por ejemplo ‘gastrobares’, ofreciéndonos fórmulas más informales pero atractivas para comer y alternar en un local agradable y trendy sin tener que pedir una ampliación de la hipoteca.
Ejemplos de estos visionarios, con mayor o menor fortuna, han sido Arola, Roncero y el recientemente fallecido Darío Barrio. El último en apuntarse a esta tendencia es Abraham García, padre de Viridiana, que monta ahora su propio ‘garito’ low cost: muy bien puesto, muy bien ubicado y en términos de taquería o cocina rápida mexicana –llámese ‘tex mex fino’-.
Con palabras de Abraham García, “Comala es mucho más informal en las formas, pero no en el fondo” y propone recetas y platillos muy mexicanos pero con el giro del ingrediente o plato español. Así, el gazpacho se acompaña de dados de nopal, las quesadillas de huitlacoche, de lo mejorcito de la carta, se sirven con queso de Arzúa y no de Oaxaca, y las albóndigas llevan mole poblano.
Abraham García arranca con propuestas iniciales un tanto conservadoras con las que decide no arriesgar demasiado, a la espera de que rodar un poco, apostando por una comida sabrosa y destinada a paladares no demasiado exigentes en los que el taco es el rey. A pesar de ello echamos de menos las tortillas de maíz en casi todos los casos (¿dónde y por qué no están?)
La firma, la buena ubicación y la creciente popularidad de la comida mexicana, junto con un ticket ajustado, son aspectos que compensan una calidad media en un servicio que está en rodaje y en los platos de este nuevo restaurante que, pese a todo, es un ‘must-go’ en nuestra ciudad.