Isabel II, Carlos y William ponen fecha para la reconciliación con Harry
El príncipe William será el encargado de recorrer el abismo que le separa de su hermano Harry antes de que ambos acudan a primeros de julio a la inauguración del monumento a Diana de Gales.
Las aguas siguen bajando algo revueltas cerca de Buckingham, pero la calma acabará imponiéndose en la familia real. Esa es la intención demostrada por Isabel II en la nota oficial publicada el pasado martes, como respuesta a la serias acusaciones vertidas por Harry y Meghan en su explosiva entrevista con Oprah Winfrey. Un clima de perdón que habría sido pactado en privado por los tres miembros que sostienen públicamente a la institución. Isabel II y el príncipe Carlos apoyan la reacción de William, que sostuvo ayer ante las preguntas de la prensa, que su familia «no es racista» y que hablará próximamente con Harry sobre todo lo dicho en la CBS.
La intención dentro de la familia es crear un clima de cordialidad y cercanía en los próximos meses. Y para ello el duque de Cambridge tendrá que jugar un papel muy importante; quizá el más relevante desde que comenzó a asumir funciones públicas para la monarquía. Limar asperezas con su hermano, mostrar comprensión ante sus reproches y convertir en cariño la distancia que ahora les separa.
Hay un abismo entre Harry y William
Consideran que la situación se puede reconducir y que no debería ser excusa para que el príncipe Harry no esté presente el próximo 1 de julio en el Palacio de Kensington. La familia tiene programado para ese día la inauguración del monumento de homenaje a Diana de Gales y quieren que ambos hermanos estén hombro con hombro en un acto repleto de simbolismo.
A finales de agosto se cumplen 24 años desde el fallecimiento de la princesa en aquel fatídico accidente de coche en París. A William le queda una dura labor de diplomacia y comprensión, porque según parece, los hermanos no han hablado desde hace meses. Está por ver qué papel jugaría Meghan en esta ecuación, cuyos problemas psicológicos y de adaptación están en el fondo del asunto.
Aunque no exista una única realidad sobre lo sucedido, como bien refleja Isabel II en la nota publicada el martes, a la familia real le conviene crear un clima de entendimiento con la pareja y dejar a un lado los reproches.
Harry y Meghan dijeron el pasado domingo que su familia no atendió a las presiones que sufrieron y que aquello alentó los pensamientos suicidas de la actriz. Harry mantiene que se sintió defraudado por su padre y que se negó a atender sus llamadas durante un tiempo. Admitió además que entre él y su hermano hay un abismo.