Carlos y William pidieron a Isabel II que desterrara al príncipe Andrés
Isabel II se reunió durante hora y media con su hijo Andrés y le planteó una decisión comunicada previamente al príncipe Carlos y William.
Isabel II comunicó este jueves personalmente al príncipe Andrés la decisión de despojarle de todos sus títulos militares y de alto rango. Lo hizo en una reunión de hora y media con él en el Castillo de Windsor. A la misma acudió junto a uno de sus abogados, Gary Bloxsome, aunque éste se quedó en el coche y no accedió a las dependencias. Tanto el heredero, el príncipe Carlos, como su primogénito, el príncipe William, estuvieron al tanto de la misma, aunque ninguno estuvo presente.
A muchos, lo sucedido ayer les ha recordado a las tensas jornadas que se vivieron en palacio cuando el príncipe Harry regresó a Londres desde Canadá para pactar su salida como miembro activo de la familia real. Con la salvedad de que al príncipe Andrés no se le ha concedido la capacidad de negociar.
Isabel II ha puesto a la institución por delante del príncipe Andrés
Algunas fuentes citadas por medios británicos aseguran que fueron precisamente Carlos y William los que invitaron a la Reina a tomar incluso una decisión más drástica. Algo así como un destierro del miembro más encausado de la familia. Por el momento, Isabel II, con triste pesar según dicen, pero anteponiendo la institución a sus principios como madre, sólo le ha desprendido de sus cargos militares y patrocinios. Su hijo Andrés seguirá siendo Duque de York y Vicealmirante de la Marina.
Lo que resulta llamativo para algunos expertos en la realeza británica es que esta decisión haya sido tomada en este momento. El príncipe Andrés ha recibido un revés judicial, pero aún no ha sido juzgado. Se cree que la decisión habría sido tomada por lo que pueda suceder. Anticipándose, como sucedió con Harry y Meghan, a una incesante presión de los medios o nuevas revelaciones que pudieran dañar a la institución. A la vista de los acontecimientos y dado que Andrés debe comparecer en un tribunal de Nueva York, tampoco sería de extrañar que abandonara Reino Unido y alejar así la polvareda que le acompaña.