El tesoro escondido de Bollinger
Champagne Bollinger da a conocer sus dos ocultas bibliotecas de vino Gálerie 1829 y La Réserve.
Fundada en 1829 por Hennequin de Villermont, Paul Renaudin y Jacques Bollinger la casa sigue siendo dirigida por los miembros de la familia Bollinger, conocida por ser el proveedor oficial de la corte británica (que recibió una autorización real de la reina Victoria en 1884).
En 2010 sucedió un hecho inesperado en la Maison Bollinger situada en Aÿ, cuando el personal de Bollinger, limpiando el sótano, encontró una colección de vinos muy viejos. Estos se encontraban escondidos detrás de una sección de la bodega, donde se creía que había viejas botellas vacías. Oculto durante décadas, desenterraron felizmente una increíble colección de unas 600 botellas de Champagne, de las cuales la añada más joven era 1921, y la más antigua de 1830. Se pueden encontrar algunas cosechas míticas incluso del siglo pasado, como por ejemplo la 1945, 1937, 1928 y 1914 (días oscuros de la primera guerra mundial).
Así que Bollinger puso en marcha un proyecto de investigación para identificar los archivos aparentemente muy viejos y botellas mágnum de reserva de vinos que contenía y poder así restaurar y realojar sus existencias de vino viejo, compilándolas en una «Oenotheque».
La biblioteca de vino se ha bautizado con el nombre de Gálerie 1829 en referencia al año en que se fundó Bollinger. Hay 65 añadas en exhibición, incluyendo una colección de vino tinto de 1952, Bollinger R. D. y la colección ‘Vieilles Vignes Françaises’ que se viene desarrollando desde 1969.
Al mismo tiempo, se dio a conocer una segunda bodega llamada La Réserve para presentar lo más destacado de magnums de reserva de Bollinger que datan de 1892.
La Réserve permitirá explorar las bases del estilo Bollinger a través de los magnums de vino de reserva. La biblioteca es un viaje de regreso al pasado con más de un siglo de historia.
El gran proyecto de restauración comenzó en 2012 aunque desde la década de 1970, la casa ha estado restaurando lentamente sus viejas botellas testigo de más de 3000 botellas meticulosamente restauradas. Las cuales se encuentran en diferentes estados de conservación, requiriendo diferentes tipos de restauración ya sea cambio de corchos y tapones de alambre, o directamente el degüelle. El laborioso proceso tardó tres años en completarse.
El uso de la técnica de láser afrómetro permitió conocer el estado del vino al medir la presión en el interior de una botella sin necesidad de abrirlo.
«El descubrimiento de esta bodega y la posibilidad de restaurar nuestros otros stocks de vinos viejos nos inspiraron para crear una nueva Oenotheque y establece una colección de las botellas más antiguas que ofrece a los investigadores y enólogos una oportunidad única para probar estilos de vino de épocas mucho más allá” .
“Las bibliotecas de vino no se han hecho con fines comerciales, pero a través de ellas Bollinger espera compartir el legado que ha conservado a lo largo de los siglos. El descubrimiento de esta bodega y la oportunidad de restaurar las otras existencias de vinos viejos nos inspiraron para crear esta Oenotheque», dijo Jérôme Philipon, presidente de Bollinger.
¿Puede un vino durar desde 1830? Increíble, pero la notable integridad de estos vinos es testimonio, no solo a la resistencia del estilo Bollinger, sino también de la diligencia con la que la Maison ha restaurado estas viejas botellas. Por desgracia, de las 54 botellas desenterradas del año 1830, solo 13 fueron consideradas bebibles.
El descubrimiento de las cosechas ha llevado también a una apreciación adicional de Champagne Bollinger. El Chef de cave Gilles Descotes declaró: «El profundo análisis realizado en todos los vinos, que ahora se presentan en las bibliotecas de vino, nos ha ayudado enormemente en nuestra comprensión del único e inimitable estilo de Champagne Bollinger «.
Cada cosecha Bollinger guarda algunos vinos de la Grand Crus y Premier crus para vinos de reserva. Las reservas se embotellan en magnums con corcho, bajo la presión de la luz y envejecen de cinco a quince años. Bollinger mantiene una gran biblioteca de más de 750.000 botellas en formato magnum, guardados cru a cru, año tras año. La reserva de ‘vinos de reserva’ de Bollinger es única en Champagne.