Así es Brooklyn Beckham, el joven con nombre de puente 

Sigue los pasos de su padre, David, bajo la atenta mirada de su madre, Victoria, mientras decide lo que quiere ser en la vida.

Josep Sandoval. 08/01/2019

El pasado domingo durante la London Fashion Week, dos parejas llamaron la atención en el desfile de Kent & Curwen. Las dos eran de la misma familia, los Beckham. Por un lado, (obviamente) David y Victoria; y por otro lado, su hijo mayor, Brooklyn y su actual pareja, la modelo Hana Cross quienes, por una vez, acapararon todos los flashes.

El futuro es de los jóvenes, aunque está por ver si la nueva relación del mayor de la casa durará con Hana los veinte años que llevan sus augustos padres. El chico con nombre de puente neoyorquino (sus padres están hartos de contar que lo concibieron allí) cumple en marzo los 20 años y tiene una carrera sin determinar.

 

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Una agitada vida amorosa

De momento se le conoce el currículum amoroso en el que destacan los dos años intermitentes que pasó con la actriz Chloe Grace Moretz, que tan pronto lo dejó, tal como marcan las modas, se enamoró de una chica. Brooklyn hizo lo propio y se lió con Hana, no sin antes haber tonteado con Madison Beer, una aspirante a cantante descubierta por Bieber (lo cual no se sabe si es buena referencia o simplemente marketing), y con Lexi Wood, una chica Playboy.

El joven Beckham parece aplicado en asuntos frívolos, pues se maneja muy bien en líos de faldas, en las redes y en sus empleos ocasionales como modelo publicitario y viajando por el mundo aprovechando el tirón del apellido. Hasta Amancio Ortega le contrató como imagen de Pull & Bear, una de sus marcas. Y aunque tiene amigos, fomenta mucho lo que parece ser una marca de fábrica, su pasión por la familia.

Prudencialmente, los Beckham sueltan en las redes imágenes caseras que destilan una felicidad hogareña con la que destruyen cualquier comentario de tabloide maligno, de esos que se empeñan en publicar que la pareja  entre el ex-futbolista y la ex-cantante está al borde  de la separación. Siempre al quite, contrarrestan con unas vacaciones, un aniversario, un desfile de ropa de mamá o una fiesta donde aparezca un rincón del hogar donde disfruta la prole.

 

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Ocio para todos los hermanos

Lo tienen bien repartido, la niña Harper Seven, a sus siete años, es común denominador, sale con toda familia con las tonterías propias de la edades; Romeo, siempre con sus pinitos como modelo o cantante y ahora tenista. Sus papás le regalaron por su 16 cumpleaños una pista de césped artificial (34.000 euros) instalada en su casa de Cotswold para que pueda entrenar sin problemas todo el año. A Cruz, a los trece, le ha dado por cantar y mamá ya ha colgado un tema suyo, también de Bieber, acompañándose a la guitarra.

A Brooklyn le da por las inquietudes artísticas, sus amigos (es íntimo de Rocco, hijo de Madonna y Guy Ritchie) y su papá, con quien mantiene una relación de colegas: de hecho David le llama Buster (colega, amigo), y son continuas sus bromas en las redes. Como sus ambiciones de ser futbolista y emular a su progenitor no cuajaron y a sus 15 años le cancelaron el contrato en el Arsenal donde jugaba en la categoría sub16, su papá David para compensar el disgusto le regaló una cámara fotográfica y ahí empezó su afición por el arte de la imagen.

 

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Idas y venidas de Brooklyn

Brooklyn decidió estudiar el Bachillerato en Londres y trasladase luego a Nueva York con la intención de convertirse en fotógrafo. Pero ennoviado con Moretz, pasaba más tiempo en Los Ángeles que en Manhattan, hasta que decidió cancelar sus estudios neoyorquinos y regresar definitivamente a Londres.

En esa decisión pesaron bastante las malas críticas que tuvo su libro ‘What I See’, publicado el uno de julio de 2017, con una serie de 300 retratos, entre ellos muchos “robados” a la intimidad de su familia. El libro fue lanzado a todo lujo con una exposición de 24 fotos gigantes en la Christie’s londinense, que viajaron luego a la sede de Los Ángeles. Pero recibió tan negativas opiniones que desde la propia editorial tuvieron que justificar su edición. Penguin Random House a través de su directora envió una nota de prensa aclarando que se trataba del trabajo de un adolescente con la mirada propia de una generación.

 

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Los tatuajes, la afición compartida con su padre

No obstante, las burlas y comentaros despectivos acerca de cómo la fama y el poder hacen accesibles trabajos como ese no cesaron durante mucho meses. Suponemos que un hito de ese calado no merecerá ser recogido en un tatuaje, como muchos de los que cubren el cuerpo de Brooklyn, un ejercicio similar, a imagen y semejanza de los que luce su padre, que son algo más de cuarenta.

Papá e hijo comparten uno, el primero que se hizo el joven, un indio con penacho de plumas, que papá lleva en el costado izquierdo y él se lo hizo en el antebrazo. Otros se han inspirado en la estimación paterna: una rosa, las iniciales de la familia y un águila. Brooklyn adora a su madre, y se ha tatuado ‘Mum’ en el hombro, así como las fechas de nacimiento de sus hermanos, el número siete (la camiseta de su padre en el Manchester y el segundo nombre de su hermana), por supuesto una cámara de fotos y algo apartado un ‘click’. Así como una buena colección de dibujos y lemas, de los cuales destaca uno de los últimos, un corazón con un Cupido, presumiblemente dedicado a su ya ex novia, Chloe Grace Moretz, aunque como no lleva nombre puede aplicarse a la que esté de guardia en ese momento.  

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