Toma nota de estos 5 consejos y ayuda a tus hijos durante los exámenes

Llega el momento de los exámenes y nuestros hijos se juegan demasiado. Pon en práctica estos consejos y ayúdales a sacar el máximo rendimiento.

Patricia Peyró. 04/06/2019

Entramos en la recta definitiva hacia el fin de curso. Ya han comenzado en algunas comunidades la EvAU, la prueba de acceso a la universidad actual,y en muchas familias se viven momentos estresantes con la preparación de los exámenes. Es un momento importante para ellos, y como padres les podemos ayudar, aunque siempre sabiendo que el examen lo van a hacer ellos y no nosotros. El grado de involucración parental variará mucho en cada familia y va a depender tanto de la demanda de ayuda del niño como del propio carácter de los progenitores.

Ver cómo los niños crecen y van adquiriendo responsabilidad suele producir sentimientos agridulces en los padres. Por un lado, nos gusta ver cómo nuestros hijos evolucionan y van adquiriendo autonomía. Por otro, también significa que vamos perdiendo al niño pequeño que fue, a favor de un adulto en ciernes. El tiempo vuela, y tanto el sistema educativo como la propia competitividad de la vida comienzan a exigir a los niños un rendimiento óptimo desde edades tempranas.

En época de exámenes los estudiantes necesitan apoyo emocional y que les concedamos algunos caprichos

Colegio y notas: un dilema habitual

¿Cuándo empiezan a importar las notas? Aunque en los primeros años los resultados académicos no tienen consecuencias, a partir de que entren en el bachillerato (es decir, entre los 16 y los 18 años), sus notas sí van a importar.  De hecho, van a  condicionar la elección de su carrera universitaria. En cualquier caso, en los años previos a esto, los niños ya deben ir aprendiendo a estudiar para ser capaces de dar la talla después y evitar el fracaso escolar.

Es precisamente en este corte, en el del salto al bachiller, cuando las familias deben plantearse la conveniencia de seguir en el colegio de siempre o de cambiar de centro. Aunque algunos padres hayan apostado desde el principio por afamados colegios de prestigio, habitualmente más duros, si el niño no está funcionando bien en ese centro, harían bien en considerar otras opciones. Mantener a un niño que no es buen estudiante en un ambiente de gran exigencia podría afectarle muy negativamente en dos sentidos:

  • Sacando notas bajas y que le resten en la media para elegir la carrera que quiera hacer.
  • Influyendo en su autoestima: unos malos resultados podrán hacer que el niño disminuya la confianza en sí mismo o comience a mantener el rol de inferioridad respecto a sus compañeros.
A partir del bachillerato las notas determinarán la elección de carrera universitaria

Como padres debemos ser realistas y saber que la nota importa, transmitiéndoles a los niños la importancia de esforzarse para tratar de obtener mejores resultados y tener opciones. Esto, que parece una obviedad, es algo sobre lo que los padres a veces no reflexionamos lo suficiente, ya que va a tener consecuencias en la futura vida adulta del niño. El peso específico del bachiller será del 60 por ciento y el restante 40 por ciento vendrá determinado por las notas de la EvAU (lo que antes se llamaba la selectividad).

La mejor consigna: Ayudar a demanda

En época de exámenes, lo adecuado será ejercer un apoyo activo sin agobiar al hijo. Deberemos estar ahí para lo que nos necesite. Y esas necesidades cambiarán según el niño: unos harán los exámenes sin que nos enteremos, mientras que en otras casas parecerá que toda la familia se atrinchera entre las paredes del hogar, entrando en un tipo de crisis o emergencia. Lo importante será que sienta que estamos ahí para facilitarle las cosas y darle soporte emocional y logístico.

Si los resultados académicos son habitualmente favorables, dejemos que sea el niño quien determine lo que necesita de nosotros. A veces sólo necesitará que le despertemos por la mañana y le demos conversación mientras come. Pero si es un poco “desastre”, en el sentido de no organizarse bien, podría necesitar ayuda adicional por nuestra parte. Por ejemplo, con una gestión de agenda, facilitándole algunas aplicaciones para estudiar o, incluso, entrenándolo en técnicas de estudio.

Ayúdale a gestionar y a preparar los exámenes en función del tipo de evaluación que vayan a tener

Estos son algunos consejos para ayudar a tu hijo en los exámenes:

  • Cuida su alimentación: Los adolescentes no son precisamente un manual de la OMS en cuanto a dieta saludable. Y en época de exámenes tenderán a descontrolarse mucho más, confundiendo el hambre con la ansiedad o la necesidad de hacer una pausa. Son días en los que los niños tenderán a abusar de la comida basura en forma de pizzas, hamburguesas y patatas fritas, por sólo poner unos ejemplos. Aunque podremos consentirles ciertos caprichos culinarios, hemos de procurar que tengan una dieta equilibrada en estos días. Tengamos en cuenta que no alimentarse bien podría repercutir en un sobrepeso posterior, además de fomentar la idea de los atracones como fórmula para contrarrestar la ansiedad.
Tenderán a abusar de la comida basura, pero lo que necesitan es mantener una dieta saludable.
Tenderán a abusar de la comida basura, pero lo que necesitan es mantener una dieta saludable.
  • Supervisa  sus horarios y preparación de materias: En estos días es conveniente conocer su agenda de exámenes, en primer lugar. Con esto evitaremos sustos, como que se quede dormido, se olvide de presentarse a algún examen o se confunda a la hora de preparar una materia de estudio.  Además será bueno que te familiarices con sus asignaturas y el modo en que serán evaluadas. Una buena práctica es establecer horarios, tanto para el estudio como para las pausas y comidas. De este modo, los tiempos estarán más organizados y podrá plantearse mejor los objetivos de estudio o repaso, además de no caer en el descontrol con las comidas.
Será bueno familiarizarse con sus asignaturas y agenda de exámenes
  • Mantén hábitos de limpieza: Es fácil que los adolescentes cojan manías en esta época, considerando que ya las tienen habitualmente. En cualquier caso, aunque quiera considerar su habitación una madriguera a la que no se puede entrar ni en la que se debe tocar nada, hemos de favorecer unos hábitos de higiene razonables. Entre ellos, hacer que salga de la habitación para ventilarla y limpiarla, antes de que se vea desbordada por migas de galleta o patatas fritas. Estos hábitos también han de mantenerse en la higiene personal del niño a la hora de ducharse y cambiarse de ropa. Mejor no estudiar en pijama todo el día, sino mantenerse limpio y presentable.
La madre suele ser la que está más pendiente de la intendencia propia de los exámenes de los hijos
  • Dale tips de estudio si los necesita: Este consejo es mejor llevarlo a práctica algunos meses antes de los exámenes, ya que consiste en proporcionarle pautas y técnicas de estudio. Entre ellos podría estar entrenar algún método mnemotécnico, reforzar con un profesor particular las materias más difíciles, o hacer grupos de trabajo con sus compañeros. Si tenemos ya el examen encima, por lo menos deberemos tener claro qué temas entran y, preferiblemente, saber cómo va a ser el examen: si de desarrollo, “verdadero o falso”, u opción múltiple. En algunos casos podrías incluso tomarle la lección” haciéndole algún tipo de “control” en el mismo formato del examen, si tienes acceso a alguna muestra. Cada vez son más habituales los exámenes tipo test y podrías hacerle alguno bajo la premisa de que la práctica favorecerá positivamente la ejecución posterior.

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