Tesla Model S Plaid: probamos el coche más rápido del mundo
Este coche presume de unas espectaculares sensaciones al volante basadas en muchísima tecnología.
Cuando era pequeño, soñaba con subirme en el coche más más veloz. Supongo que Rayo McQueen en esa icónica película de Disney tuvo mucho que ver en mi pequeña gran obsesión por los deportivos. Ahora, de mayor, he cumplido la fantasía. He pasado 13 días al volante del coche de producción más rápido del mundo, el Tesla Model S Plaid.
Y todo para poner a prueba no solo su espectacular aceleración y dinamismo, sino todo el resto de los aspectos que lo vuelven un coche premium de principio a fin. No me importaría en absoluto tener uno de estos en el garaje. Vaya espectáculo.
El mítico Tesla es ahora aún mejor
El Model S no fue el primer coche de la marca americana, pero sí el modelo más significativo de su apuesta internacional. De hecho, este espectacular sedán premium fue lo que Tesla trajo originalmente a España a comienzos del 2017. Mucho ha llovido desde entonces, especialmente en la industria de la automoción y los vehículos eléctricos, pero no cabe duda de que este carro es un auténtico referente de la movilidad eléctrica, capaz de poner al conductor y los pasajeros en el centro de la experiencia.
Esta nueva generación, que está a mitad de su recorrido de vida, apuesta por dar continuidad a todo lo que funcionaba y gustaba del Model S original. Siempre con sutiles cambios exteriores que mejoran el rendimiento y lo vuelven más atractivo.
Sin embargo, el interior afronta una profunda renovación en la que destaca la tecnología, amplitud, comodidad y elegancia. Y también pone a Tesla en lo más alto del segmento premium en términos de calidad y acabados.
Este Tesla Model S Plaid deja unas espectaculares sensaciones con sus diferentes materiales y texturas, basadas en microfibra, cuero vegano, madera y metal. Todo muy premium. Los asientos de color blanco, opcionales y equipados en el modelo que probé, son preciosos y muy confortables para viajes largos. Aunque si encargas uno de estos coches ahora, vendrá equipado con unos nuevos asientos deportivos que ofrecen mejor agarre. Las plazas traseras también son amplias y luminosas gracias al gigantesco techo solar.
Qué se siente al volante de un coche 1020CV
Nunca había tenido en mis manos un coche con tanta potencia bruta, y os aseguro que pisar el acelerador da respeto. Más allá del dato numérico de caballos, esos 1020CV, lo interesante es la entrega de potencia instantánea que aporta el sistema eléctrico. En resumidas cuentas, la aceleración es tan espectacular que te pega al asiento y te quita la respiración. Es difícil de describir, pero es impresionante.
La dirección es muy precisa y ágil y los frenos actúan con carácter para detener a esta bestia que además de rápida, es pesada. Todo está equilibrado.
Quizá lo más divertido es buscar una recta intransitada y probar la aceleración de 0 a 100km/h con el modo de lanzamiento. Tesla asegura que este Plaid es capaz de hacerlo en 2,1 segundos. El más rápido del mundo. No lo cronometramos, es demasiado difícil, pero nos lo creemos. Madre mía, nunca había disfrutado tanto subido en un coche. Menuda auténtica locura.
El equilibrio del Tesla Model S Plaid
Sorprendentemente, este Tesla Model S Plaid es una berlina confortable para el día a día y para viajar. Es curioso porque todo ese carácter hiper-deportivo se transforma en un coche cómodo para ir a hacer la compra, llevar a los niños al colegio o ir a recoger a los suegros con todo lujo. Me ha llamado la atención gratamente porque este coche mimetiza muy bien dinamismo y tranquilidad mientras esconde más potencia bruta que ningún otro.
La fórmula secreta de esta experiencia son los tres motores, dos traseros y uno delantero, con rotores revestidos con carbono. Son potentes, pero al mismo tiempo silenciosos.
La nueva arquitectura de batería de Tesla asegura poder soportar un rendimiento más extremo durante largos periodos y optimizar la autonomía que aseguran llega hasta los 600km. Nosotros fuimos capaces de hacer unos 450/500km por cada recarga hecha en la red de Supercargadores de la marca, que es muy fiable y cómoda como os conté en mi prueba del Model Y.
Diseño que refuerza la erótica del dinamismo
Qué bonito es el Tesla Model S Plaid. Hale, ya lo he dicho. Es un coche capaz de atrapar todas las miradas, y más en este espectacular rojo brillante con llantas de 21” en que lo hemos probado. Es un coche grande, ancho y largo, y con muy poquita distancia al suelo. Especialmente la zona trasera da un aspecto musculoso y agresivo. Los detalles de diseño son esencialmente sutiles, pues Tesla apuesta fuertemente por el minimalismo, pero muy funcionales. Los faros dinámicos son una delicia al conducir de noche y los tiradores de las puertas enrasados son muy futuristas.
Todos los elementos de diseño y funcionales en Tesla vienen incluidos de serie. De hecho, el configurador tan solo permite personalizar el color de la carrocería y los asientos, además de elegir entre dos modelos de llantas. Es un proceso sencillo donde te aseguras que no es necesario pagar más por funciones o prestaciones clave en un coche premium.
Todas las modificaciones de diseño respecto al Model S original van orientadas a mejorar el rendimiento, dinamismo y autonomía de la batería. Este Plaid incorpora nuevas molduras más aerodinámicas, un difusor trasero, un chasis plano y menos peso que el modelo anterior.
El centro de gravedad, como en todos los Tesla, está en la parte inferior por el peso de las baterías, lo que ayuda a que el coche se agarre al asfalto y transfiera la potencia de forma más directa. En mis pruebas no hemos conseguido que deje de traccionar en aceleración ni una sola vez.
Una experiencia tecnológica de principio a fin
No se me olvida que Tesla es una firma tecnológica, y esto queda claro viendo la gigantesca pantalla central de 17 pulgadas que ocupa el centro del habitáculo interior. Es sin duda la mejor de la industria: brillante, colorida, fluida, fácil de usar, con todo a mano… Incluso tiene un pequeño motor que la orienta hacia el conductor.
En ella se puede consultar el mapa, la música, las cámaras, los ajustes del coche y la carga, además de muchas otras aplicaciones. Mi única pequeña pega es que el lado más pegado al conductor a veces puede verse tapado por el volante.
Hablando de volante, la versión que probamos viene equipado con una rueda tradicional, y no el polémico Yoke. Se siente muy familiar, suave y sofisticado. Tras él, una segunda pantalla en el puesto de conducción muestra la velocidad, las indicaciones del navegador y la información que recogen las cámaras 360º.
Por supuesto, este Model S Plaid equipa la conducción autónoma de Tesla, de la que os contaré mi prueba más adelante, pero que en resumidas cuentas cada vez funciona mejor y se va llenando de nuevas funcionalidades como el auto-aparcamiento.
Qué no tiene este Tesla Model S Plaid
Polémico es que este coche no tiene un selector de marchas al uso. Tampoco palancas tras el volante para activar los parabrisas e intermitentes. Todo se controla a través de la pantalla o de forma automática. Los parabrisas están siempre en auto y se encienden cuando hay lluvia.
La marcha adelante se engrana nada subir al coche y pisar el freno, y cuando se maniobra el coche cambia solo entre directa y reversa. Y los intermitentes… ay, pues con botones desde el volante a los que es difícil acertar cuando tenemos el volante girado. La culpa no es tanto de Tesla, sino de que seamos el país con más rotondas por kilómetro.
El nuevo Model S está repleto de otras comodidades como cargadores inalámbricos y USB-C, un fantástico sistema de audio de 22 altavoces que espero que pronto sea compatible con Dolby Atmos, y una nueva pantalla en la parte trasera que sirve para controlar la música y el aire acondicionado además de ver películas o jugar a juegos.
Como dirían mis tíos gaditanos… aquí no falta na’.