Ferrari lanza al mercado, agotado, el superdeportivo más caro de su historia
El nuevo cochazo de Maranello ha salido al mercado con todas sus unidades vendidas y el triple de demanda.
Ferrari ha lanzado su nuevo F80, un híbrido que presume de disponer de los máximos avances y con inspiración en la Fórmula1, pero que nace con la idea de perdurar en el tiempo. Es uno más de la larga lista de modelos icónicos de la fábrica de Maranello, que va desde el GTO de 1984 hasta el LaFerrari Aperta de 2016.
De hecho, su estreno no ha podido ser mejor. Pues pese a ser el coche más caro de todos los que ha fabricado la marca, -cuesta 3,6 millones de euros-, ha salido al mercado ya agotado.
Ferrari únicamente va a producir 799 unidades del F80, y cada una de ellas ya ha sido asignada a un cliente concreto. Eso sí, han tenido solicitudes totales que han superado por tres a la producción planificada por el grupo.
Las tripas del Ferrari F80
Este superdeportivo, inspirado en los vehículos de Fórmula 1, esconde un motor híbrido completo de seis cilindros y tres litros capaz de desarrollar hasta 1.200 caballos de potencia.
En concreto, el propulsor de combustión consigue una potencia máxima de 900 caballos, lo que lo convierte en el motor Ferrari con mayor potencia específica de todos los tiempos. A esto se suma que el eje delantero (e-4WD) y el motor trasero (MGU-K) eléctricos del sistema híbrido añaden otros 300 caballos, por lo que su velocidad máxima es de 350 km/h.
Pensado para el conductor
El chasis del Ferrari F80 está hecho de materiales ligeros como la fibra de carbono, el aluminio e incluso el titanio. Además, destaca por sus puertas de mariposa y el lomo del compartimiento del motor con forma de celosía, donde seis ranuras, una para cada cilindro del motor de combustión interna, aportan carácter a este deportivo.
Pero sin duda, lo que resulta más llamativo de este coche es su habitáculo. En él, el conductor es el gran protagonista, pues nace con esencia de monoplaza. De hecho, el asiento del pasajero está tan bien integrado en el revestimiento que casi desaparece de la vista.
Esto se consigue gracias a la diferenciación entre los colores y los materiales utilizados para el asiento del conductor y para el resto del revestimiento. Además del desplazamiento longitudinal de los asientos de los dos ocupantes, que ha permitido situar el asiento del acompañante más atrás que el del conductor. Algo que lo convierte en casi un coche de F1 con el que rodar en la carretera.