La icónica casa de Carrie en Sexo en Nueva York podría cerrarse para siempre
La dueña del icónico apartamento de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York se ha hartado de los turistas y quiere cerrar la casa para siempre.
Para los fans de Sexo en Nueva York visitar la Gran Manzana es recorrer las calles, locales y escenarios en los que Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha vivían sus amores y desengaños. De todos ellos, el más icónico es el apartamento Carrie en el West Village de Manhattan, concretamente las escaleras en las que el personaje se sentaba a esperar a que llegase su gran amado Big. Sin embargo, estas escaleras podrían tener los días contados, pues su dueña, harta de que los fans de la serie peregrinen a su casa, estaría pensando en vallarla.
El apartamento de Carrie Bradshaw es un centro turístico en Nueva York
Cuando en 1998 los creadores de Sexo en Nueva York escogieron este icónico edificio para el apartamento de Carrie Bradshaw, su dueña jamás imaginó que se acabaría convirtiendo en un infierno. 30 años después, la serie sigue sumando fanáticos, y su reebot And Just Like That está siendo todo un éxito, lo que ha hecho que cada vez más personas decidan visitar este lugar.
Se encuentra en número 66 de Perry Street en el West Village de Manhattan y, aunque ya hace tiempo que una cadena impide a la gente subir las escaleras o sentarse en ellas, las visitas no han cesado. Por ello, la dueña del edificio habría pedido a las autoridades tomar medidas.
Según publica The Guardian, el 14 de enero se presentó una solicitud a la comisión de conservación de monumentos de Nueva York, pidiendo permiso para instalar una verja metálica que impida el acceso a los escalones.
La dueña está harta de los fans de Sexo en Nueva York
“La fachada de mi casa apareció en la serie de televisión Sexo en Nueva York como el exterior del apartamento del personaje Carrie Bradshaw”, ha declarado la dueña. “Culpa mía, me dio pena el joven localizador, recién licenciado en la escuela de cine neoyorquina. Me dijo que si no conseguía esta casa, perdería su primer trabajo de verdad en el negocio”.
“En ese momento, nadie sabía que el espectáculo se convertiría en algo duradero”, ha señalado. “Mi casa es ahora un destino turístico mundial… A cualquier hora del día o de la noche hay grupos de visitantes en frente de la casa tomando fotos con flash, participando en charlas ruidosas, publicando en las redes sociales, haciendo videos para TikTok o simplemente celebrando el momento”.
Por ello, ahora ha decidido tomar medidas y cerrar definitivamente el edificio con una valla “para recuperar una calidad de vida razonable para nuestros inquilinos y para nosotros mismos”.