Las chicas son guerreras
Las niñas de la Generación Z aún no saben lo que quieren ser, pero princesas, no.
Hace ya muchos años que murió el mito de la mujer perfecta como sinónimo de persona falta de acerbidad, incapaz de comunicar sus sentimientos y emociones. Basta con mirar alrededor y ver los nuevos modelos de rol, en los que la mujer se siente atractiva, trabaja, gana dinero (igual o más que el hombre) y además mantiene una actitud activa y proactiva en todo lo que concierne a su vida.
Aunque todavía queden algunos hombres arcaicos que se retuerzan con la idea, lo cierto es que la mujer ha cambiado y ha dejado de estar sometida hace ya mucho tiempo. Algunos sitúan el inicio de su revolución en los años 60, con la aparición de la píldora, que les permitió hacer uso de su cuerpo a voluntad sin temor a las consecuencias de un embarazo no deseado.
Sea como fuere, «Las niñas ya no quieren ser princesas», que dice Sabina. Si acaso prefieren ser reinas, “reinonas” o simplemente ego-algo. Además, los hombres prefieren a las mujeres con carácter y espíritu autosuficiente y aquellas que muestran autoestima y seguridad en sí mismas.
“Las mujeres perfectas, que ni discuten, sienten ni padecen, no son capaces de mantener el interés masculino durante mucho tiempo”, nos explica la psicóloga Mar López. Está más que comprobado que todos necesitamos sentir cierta admiración por el otro. En el caso de los hombres, y dentro de una relación sentimental, ellos preferirán y respetarán más a una mujer con decisión que a otra más sumisa. Las mujeres, por su parte (¿y por supuesto?): “Preferirán siempre hombres seguros y asertivos, por oposición al clásico calzonazos que parece que no sabe lo que quiere y sólo sabe obedecer”, añade la experta.
En el nuevo sentir de fortaleza y rebeldía femenina está surgiendo también nueva corriente creativa destinada a esas niñas de hoy, que forman parte de la conocida como “Generación Z”, hijas de los selfies y de los egobloggers. Para estas niñas, hermanas pequeñas de los millennials y nacidas entre el año 1994 y el 2010, también existe un mercado no sólo digital, sino literario y repleto de ilustraciones muy artísticas, en el que se pueden ver reflejadas.
Son historias de mujeres y niñas “con deseos y aspiraciones muy diversas y que se mueven en este mundo con libertad para intentar ser felices”. Así define la corriente Javier Pizarro, maestro de educación infantil. Este autor apasionado de la literatura infantil recomienda algunas lecturas para esas niñas de hoy que son más rebeldes que princesas. Aquí os dejamos un par de sugerencias, ideales para la lectura estival de las pequeñas reinonas de la casa.