No es ningún secreto que estamos inmersos en la ola de la cultura del bienestar. En ella priman el cuidado de la persona y la calidad de vida a través de hábitos saludables en los que la actividad física juega un papel fundamental. Por eso los padres nos preocupamos de apuntarlos, desde que son pequeños, a hacer algún deporte, bien sea de equipo o individual.
A partir de ahí, algunas veces, lo que se inicia como juego podría convertirse en una profesión, o incluso en una vía para conseguir ayudas para obtener una buena formación académica. Esta es la idea de LaLiga Proplayer, un proyecto con el que nuestros jóvenes futbolistas podrán conseguir becas deportivas en universidades americanas obteniendo apoyo durante toda su estancia en Estados Unidos y en su futuro profesional.
La gestión de becas en Estados Unidos a deportistas de élite o con potencial de llegar a serlo no es nueva, y la viene realizando desde hace años AGM, dirigida por el ex deportista profesional Gonzalo Corrales. Cabría preguntarse por qué allí. ¿Acaso los americanos valoran más el deporte que otros países? Tal y como explica Corrales, efectivamente es así: “Estados Unidos es el único país con este tipo de oportunidades, no hay nada parecido ni en Europa ni en ningún otro continente”.
Además es un tema tanto cultural como económico. “El deporte es parte esencial de la educación, está también metido en el ADN de los americanos y es fuente de ingresos tanto en lo profesional como en lo amateur, a través de donaciones. Hay que tener en cuenta que los presupuestos que manejan están a años luz de lo que dedicamos al deporte en España”, aclara.
Corrales nos pone el ejemplo de la que fue su universidad, la de Georgia: “Tenía un presupuesto de 80 millones de dólares el año pasado, el doble que el Consejo Superior de Deportes en España para el mismo año”. Pero, además, “no sólo son razones financieras -apostilla-. La mayoría de deportistas que van al sistema americano pueden compatibilizar estudios y deporte, ambos al más alto nivel, mientras que en España siguen sufriendo en los colegios y saben que es casi imposible hacerlo en la universidad”.
Si bien los españoles han destacado durante mucho tiempo en tenis a nivel internacional, desde hace algunos años el fútbol se ha convertido en el deporte rey que lideramos por la calidad de nuestros jóvenes jugadores. En general, “el alto nivel deportivo de nuestro país hace que nuestros futbolistas sean muy atractivos para el soccer americano”, asegura.
Liderado por LaLiga y apoyado por el Banco Santander y AGM, como expertos en la gestión de becas deportivas a USA, nace el proyecto LaLiga ProPlayer, destinado a apoyar futbolistas de categorías inferiores de los clubes de LaLiga Santander y LaLiga 1|2|3. Los beneficiarios de tales ayudas serán jóvenes de entre 16 y 22 años. “Cada club podrá proponer a varios candidatos, y un comité mixto de LaLiga y AGM elegirá a un jugador por club cada temporada”, explican entre las bases de participación. La idea es que aprovechen su potencial futbolístico de cara a conseguir becas en universidades estadounidenses donde poder desarrollar su formación académica y su posterior incorporación al mercado laboral.
Aunque existe el mito del estereotipo del jugador de fútbol americano que apenas sabe ni leer, actualmente nada está más lejos de la realidad: los jugadores que pretendan optar a una beca americana tendrán que destacar también por sus méritos académicos y ser capaces de superar pruebas de acceso a la universidad americana. “Además de ser buen deportista, el estudiante tiene que haber terminado el bachillerato sin haber repetido ningún curso, y realizar los exámenes TOEFL y SAT”, aclara Corrales.
La relación deporte-estudios ha de ser cultivada por igual, al ser la carrera deportiva corta y necesitar posteriormente de otras salidas. Por otra parte, se trata también de fomentar precisamente el potencial futbolístico para desarrollar una buena formación académica que facilite su integración posterior al mercado laboral. Así lo indican desde el proyecto de LaLiga ProPlayer, donde son conscientes no sólo de la precariedad de la carrera deportiva, sino también de la posibilidad de no llegar a conseguir vivir de ello a pesar de intentarlo. Y esto aplica “especialmente entre aquellos que no conseguirán llegar a la élite”.
Por todo esto, los jugadores que opten a las becas americanas tendrán un asesoramiento personalizado, además de ayuda para preparar los cursos del TOEFL (Test of English as a Foreign Language) y del test de razonamiento estandarizado SAT que se exige en los procesos de admisión todas las universidades americanas.
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