El mayor torneo en la historia del fútbol femenino que está teniendo lugar en Australia y Nueva Zelanda ha sido foco de interés de diversas multinacionales de la industria del lujo. Es el caso de Hublot cronometrador oficial, que marcará el tiempo en cada uno de los 64 encuentros del torneo.
Así, la hora quedará capturada en los tableros oficiales que toman la forma del Big Bang, el reloj inteligente de lujo de la firma relojera suiza. Todo desde el primer partido dela fase de grupos que se jugó en Eden Park en Auckland entre Nueva Zelanda y Noruega, hasta la final en Sidney el 20 de agosto.
“Todos en Hublot se enorgullecen enormemente de servir como cronometradores oficiales del torneo», dicen desde la compañía. «Fuimos la primera relojera suiza de lujo en incursionar en el fútbol y seguimos en ello, en particular en el fútbol femenino. Nos alegra ver a los árbitros usar el Hublot Big Bang en cada partido. Les deseamos a ellos, a nuestros socios de la FIFA y a todos los competidores, la mejor de las suertes para el torneo. Sobre todo a nuestros amigos de la marca como la estrella noruega Ada Hegerberg, la española doble Balón de Oro Alexia Putellas y una de las defensoras del título, la estadounidense Alex Morgan».
Las jugadoras de fútbol han conseguido enormes progresos desde que se celebró por primera vez el torneo cuatrienal en 1991. Pero la lucha por la igualdad continúa.
Las jugadoras de fútbol femenino están levantando una auténtica ola de atención mediática este verano. No obstante, esta situación era muy distinta cuando se celebró la Copa Mundial Femenina en China en 1991. Hoy son muchas las niñas que pueden crecer jugando al fútbol sin que ello conlleve miradas de recelo o desaprobación por parte de familiares y compañeros. Pero hace 28 años, jugar al fútbol profesional no era una carrera prometedora para las mujeres.
«No era popular, no era lo correcto», dice Carin Jennings, la Jugadora Más Valiosa del torneo de 1991. «Recuerdo estar en Francia y que el equipo juvenil masculino iba en un autobús enorme y lujoso, y se alojaba en un hotel al final de la carretera. Nosotras estábamos en una granja y viajábamos con un autobús pequeñito», cuenta. «Era una discriminación de género total y absoluta».
En aquella época, las jugadoras solían llevar uniformes usados del equipo masculino, dormían en habitaciones de hotel infestadas de cucarachas y cobraban apenas 10 dólares al día. Las reglas exigían que jugaran con un balón más pequeño y ligero que el del equipo masculino. «Supuestamente no podíamos soportarlo. Creo que no querían que fuera igual que el juego de los hombres», aclara Jennings.
La selección femenina de Estados Unidos ganó el Mundial de 1991, venciendo a Noruega por 2 a 1. Pero su victoria apenas atrajo la atención en su país. En las tres décadas transcurridas desde la creación de la Copa Mundial Femenina, las jugadoras estadounidenses ha ganado cuatro de los ocho campeonatos del mundo, suscitando en cada ocasión un mayor interés deportivo, mediático y comercial.
Otro ejemplo del creciente interés por el fútbol femenino profesional es el hecho de que la lujosa casa de moda italiana, Prada, ha rubricado su asociación con la Selección Nacional Femenina de Fútbol de China antes del inicio del evento deportivo el 20 de julio.
Prada viste al equipo de 23 jugadoras y a su cuerpo técnico con un cuasi-uniforme de blazers negros y pantalones a juego, camisas abotonadas y mocasines. La marca ha querido que los looks emitieran “una imagen fresca y contemporánea fuera del campo” mientras viaja y asisten a eventos protocolarios.
Independientemente del resultado de la actuación de China en el torneo (el equipo comenzó perdiendo contra Dinamarca para después vencer a Haití), la relación con Prada continuará. Se espera que la asociación con el equipo se extienda hasta los Juegos Asiáticos de septiembre, los Juegos Olímpicos de 2024, que se llevarán a cabo en París, y en algún evento posterior.
Si bien algunos críticos dicen que estar asociado con China en el clima político actual es un negocio arriesgado, Prada está liderando el grupo al alejarse de la dependencia de la industria de la moda en el respaldo de celebridades.
En un comunicado, explicaron: “La selección femenina de fútbol de China se ha forjado una reputación mundial. Es una fuente de inspiración para las jóvenes deportistas, centrando la atención pública e institucional en un deporte democrático e inclusivo”.
Sin embargo, la casa italiana no es la única asociación de moda exclusiva en la Copa del Mundo. El equipo de Jamaica ha venido jugando con kits diseñados por Grace Wales Bonner como parte de su larga colaboración con adidas.
El talento británico ha celebrado continuamente su herencia jamaicana a lo largo de su carrera y sus diseños han sido aclamados como la ropa más elegante de la que se está viendo en las canchas. A nivel deportivo las jamaicanas están compitiendo a buen nivel, con victoria frente a Panamá (1-0) y poniéndole difíciles las cosas a la potente selección francesa que no pudo vencerlas (0-0).
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