Muchas veces he comentado en este medio que una de las cosas que me gusta del running es que es un deporte bastante sencillo, pues se puede practicar prácticamente en cualquier sitio, a cualquier hora y el equipo que necesitas no es excesivo ni complicado de conseguir. En el caso de estas dos últimas afirmaciones por un lado cada vez son más numerosos los gadgets complementarios al running (relojes, gps, pulsómetros, gafas, ropa técnica, etc.) y en algunos artículos, la evolución de materiales y características hace que se complique la cosa a la hora de elegir. Las zapatillas son un claro ejemplo de esto último.
En estos días he tenido que renovar mis zapatillas pues ya llevaban bastantes kilómetros, incluso creo que es la primera vez que unas me duran dos maratones. Creo que no las he cambiado hasta ahora porque, con ellas, unas adidas Energy Boost, hice mi mejor marca en Berlín el año pasado. Pero ya les llegaba la hora de jubilación así que me dispuse a buscar una buena alternativa.
Como siempre comento, soy solamente un esforzado corredor popular, no un experto en material de running, y hay muchísima información en Internet acerca de cómo elegir unas zapatillas, por lo que solo comentaré los básicos y mi experiencia en el asunto. Mi primera recomendación es ir a una tienda especializada donde te hagan un buen estudio de pisada y te recomienden qué zapatillas se pueden acoplar mejor a tus características.
El estudio básicamente te dirá qué tipo de pisada tienes (si eres pronador, supinador o neutro) pero también es importante analizar varios datos complementarios como la forma de tu pie, tu peso, si vas a usar plantillas, estado de forma y lesiones que hayas podido tener con anterioridad. Y después de todo eso, lo más importante es que te las pruebes y te sientas cómodo. Todo esto parece complicado cuando empiezas, pero una vez tengas experiencia empezarás a conocer mejor las marcas y seguramente te harás fiel a una o dos de ellas. Incluso a un modelo en concreto que compararás una y otra vez.
En mi caso, compré mis primeras zapatillas porque me parecían bonitas y luego pagué el error usándolas para entrenar y correr mi primer maratón (ahí descubrí también que conviene comprarlas un poco holgadas por aquello de conservar las uñas). A partir de ahí fui aprendiendo y he probado muchas, aunque básicamente he usado asics (Nimbus), Nike (Vomero) y adidas (Energy Boost) y las tres me han dado muy buenos resultados. Quizá me quedo con las últimas por aquello de haber logrado el mejor tiempo con ellas y eso ha hecho que compre el nuevo modelo para afrontar el maratón de Chicago en octubre. Entonces os contaré el resultado final, pero ya mi amigo Chemita me ha dado el ok a la compra, vamos por buen camino.
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