Desde siempre Jeff Bezos, el fundador y dueño de Amazon, ha tenido claro que las compras premium son necesarias para el futuro. Y no porque los compradores sean más ricos, sino porque están dispuestos a no tener casa ni coche, a cambio de viajar por el mundo y consumir productos bio y eco en todas sus facetas, desde la comida, hasta las prendas de vestir. Y claro, eso es carísimo, pero si no tienes hipoteca ni coche es mucho más fácil adquirir este tipo de productos.
Y así se escribe la historia. Primero fue la compra de la cadena de alimentación Whole Foods por parte de Amazon. Para aquellos que no la conozcan, se trata de los supermercados para millennials más caros del mundo. Hacen fortunas tanto con start -ups tecnológicas, como tiburones de nueva generación de Wall Street, como explicando que la industria petrolífera es en realidad verde. Y es que todo es posible en la época de oro del marketing que vivimos. De hecho, yo he sido testigo de cómo en Manhattan se pagan 20 dólares por un bote de cristal con tres espárragos blancos dentro. Eran espárragos eco, verdes, friendly, bio y saludables. Yo creo que lo tenían todo.
La cadena Whole Foods cuenta con tiendas propias y servicio a domicilio. Nació en Texas y rápidamente creció en las grandes ciudades estadounidenses, desde California hasta a la Costa Este, donde la renta media supera los 100.000 dólares. Los padres preocupados por la comida natural y orgánica han transmitido a sus hijos la necesidad de comer ese tipo de productos que son, de media, un 50% más caros que los tradicionales.
Y de la comida, pasamos a la ropa. Amazon apuesta ahora por un site propio de marcas de lujo sostenible, que viene a ser lo mismo que ultra-caras. No son marcas tradicionales, pero sí prometen revolucionar el mundo de la moda en el segmento más alto de la horquilla de precios. Se trata de moda cuyo origen es ecológico. Las prendas se cosen con hilos que se hacen de tallos de plantas y textiles orgánicos, como la «lana de madera», que tradicionalmente se utilizaba para revestir paredes y que ahora veremos convertida en blusas o pantalones.
Para participar en este proyecto, las marcas deben alquilar el espacio u otorgar un porcentaje de sus ganancias. Mientras tanto, Amazon está construyendo un nuevo centro logístico en Arizona para este negocio y planea invertir 100 millones de dólares en la campaña de marketing. Y es que el objetivo del gigante de las ventas por Internet es iniciar la venta de productos a lo largo de 2020 para expandirse de forma global y competir con Amazon a partir del año que viene.
Por cierto, que el gigante tecnológico anunciaba ayer mismo que no acudirá al Mobile World Congress de Barcelona, al igual que otras marcas como Ericsson, LG o Nvidia, por el coronavirus.
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