Inditex ha parado el primer golpe económico de la pandemia por Covid-19 registrando pérdidas por primera vez en su historia (algo más de 3.300 millones de euros). El grupo gallego textil ha visto cómo sus ventas se han reducido un 44 % durante su primer trimestre fiscal. Un periodo en el que la compañía ha tenido que cerrar hasta el 88 % de las tiendas en todo el mundo. No obstante, el buen comportamiento de su negocio online ha permitido que las cuentas no hayan sido aún peores.
El crecimiento de este segmento en todo el trimestre ha sido del 50 % y si comparamos solo el mes de abril, el aumento ha sido del 90 % respecto a los registros del año anterior. Con un ajuste de los gastos operativos del 21 %, Inditex ha tenido que tirar de ahorros. Su posición financiera neta se sitúa en 5.752 millones de euros frente a los 6.660 de hace un año.
El presidente de Inditex, Pablo Isla, ha emitido un mensaje solidario con las víctimas de esta pandemia y ha agradecido a toda la plantilla del grupo su implicación y responsabilidad: «Nuestra prioridad es la salud y seguridad de nuestras personas y nuestros clientes. Por eso quiero manifestar públicamente el agradecimiento por la altísima implicación de todo nuestro personal durante la emergencia sanitaria y durante el regreso a las tiendas y centros operativos».
En este complejo escenario económico, el grupo va a acelerar sus planes y ha presentado un plan para capear mejor el temporal. Se acelera y amplía la transformación digital. Isla adelanta que se invertirán 1.000 millones de euros para impulso de la actividad online y otros 1.700 millones de euros para la correspondiente actualización de la plataforma integrada de tiendas.
El grupo textil va a crear una base tecnológica propia sobre la que funcionarán todas sus operaciones digitales. El plan prevé que las ventas por Internet alcanzarán más del 25 % del total en 2022, desde el 14 % de 2019. Y buscará tiendas más eficientes y productivas con un objetivo de rentabilidad que crecerá entre un 4 % y un 6 % en tiendas comparables.
Cada tienda actuará como un centro de distribución para hacer llegar a los clientes sus compras online de forma rápida y ágil. La idea es crear una red capilar global de distribución. Se ampliará el centro de atención al cliente, incluso en las propias tiendas. Inditex cree que en dos años tendrá entre 6.700 y 6.900 tiendas, tras abrir 450 con la última tecnología de integración comercial.
Eso implicará la absorción de entre 1.000 y 1.200 tiendas de menor tamaño, que representan entre un 5 % y un 6 % de las ventas totales. Los establecimientos más antiguos de las cadenas diferentes a Zara es muy probable que acaben cerrando. Cambios que en principio no afectarán a las plantillas, que según Inditex, permanecerán estables. Los trabajadores afectados por el cierre de tiendas se destinarán a cubrir las nuevas necesidades generadas por la integración online y los envíos individualizados a clientes.
El duro golpe en las cuentas también se reflejará en la retribución a los accionistas. En la próxima junta de accionistas se aprobará una rebaja del dividendo de un 60 %, lo que supone una bajada de los 0,88 a los 0,35 euros por acción.
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