Lladró reduce tamaño para sobrevivir

No son buenos tiempos para Lladró. La compañía valenciana, reconocido a nivel mundial por la calidad de sus productos de porcelana, toma medidas radicales para superar la crisis que le está asfixiando. Hace ya unos meses anunció un cambio en la dirección tras ser incapaz de dejar atrás el descenso de las ventas que le han acompañado desde hace ya varios años, con retrocesos anuales de doble dígito. Las dos familias que habían salido de la gestión del grupo ocho años antes volvieron a entrar en el Consejo de Administración para tratar de dar la vuelta a la situación.

No es la primera vez que adopta medidas de ahorro; desde 2009 ha tomado varias medidas de reducción de la carga de trabajo, primero con contratos fijos discontinuos y desde el año con una reducción de la jornada laboral del 30% para toda la plantilla mediante un expediente de regulación de empleo. También adoptó otras medidas, como sustituir bonus en metálico por cobros en especie –figuras de porcelana de la propia compañía o la venta de activos. Sin embargo, todo esto no ha sido suficiente y ahora deberá llevar a cabo una reducción real de la plantilla, que no ha sido cuantificada aun pero que los rumores sitúan en al menos 150 trabajadores, el 15% del total. En su comunicado abren la puerta a intentar minimizar el efecto sobre la plantilla, pero parece complicado que la situación no derive en el despido de una buena parte de la plantilla.

Lladró se ha visto perjudicada por la caída de las ventas en el exterior, especialmente Asia, afectadas por la desaceleración económica y las medidas anti-corrupción (fundamentalmente en China). Además, se enfrenta desde hace años a una tendencia descendente del interés de las nuevas generaciones por sus productos, especialmente en España y en otros mercados maduros.

Lladró fue fundada en 1953, cuando los tres hermanos Lladró comenzaron a realizar piezas de cerámica en su casa familiar de Almácera (Valencia). A partir de ahí comenzó una etapa de rápida expansión, especialmente internacional, que le ha convertido en una de las principales referencias de la cerámica de lujo a nivel mundial. Actualmente las principales instalaciones de la compañía se sitúan en Tavernes Blanques (Valencia), donde trabajan alrededor de 700 personas.

Para su expansión internacional, Lladró ha apostado desde el principio por la venta a través de puntos de venta multimarca. Cuenta con algunas tiendas propias en varias de las ciudades más importantes del mundo (poco más de una decena), pero la distribución monomarca no parece entrar en sus planes.

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