En el año 1987 nacían personajes públicos tan relevantes como la modelo y actriz Blake Lively o deportistas con carreras tan brillantes como Jorge Lorenzo, Gerard Piqué o Messi. Aquel año, el Balón de Oro (el argentino acaba de recibir su sexto galardón) fue precisamente para el holandés Ruud Gullit, que militaba en un Milan que comenzaba a armar el equipazo que un par de años más tarde dominaría el fútbol europeo de la mano del entrenador Arrigo Sacchi.
La Copa de Europa de ese año fue a las vitrinas del Oporto, que llegaba a la final con muy pocas opciones ante uno de los grandes del continente europeo, el Bayern de Múnich (dirigido por el extécnico azulgrana Udo Latteck). Pero contra todo pronóstico, los portugueses dieron una lección de orgullo y se llevaron la final remontando el gol inicial alemán, con Futre y Madjer dando una lección de fútbol. La derrota supuso un jarro de agua fría para los alemanes y un mazazo del que les costó varios años levantarse.
Un negativo augurio que no debió preocupar en absoluto al matrimonio formado por Susanne y Christoph Botschen. Probablemente el fútbol por aquel entonces no era relevante en sus vidas. A ellos lo que de verdad les importaba era que a final de año, su recién creada tienda de moda de Munich diera algún beneficio. Se llamaba Mytheresa. La aventura les salió bien y no pararon de dar servicio y vestir a una clientela bastante adinerada durante años.
Allá por 2006 se subieron al negocio electrónico y abrieron su web. Un acierto que les puso en el radar de grandes inversores, como el grupo minorista estadounidense Neiman Marcus, que acabó formalizando en 2014 una oferta de compra por todo el negocio que el matrimonio alemán no pudo rechazar. La cantidad nunca ha trascendido. La tienda original, con tres plantas, sigue abierta, y como la web, gestiona la venta de productos de lujo de otras marcas. Pero ahora el negocio lo dirige Michael Kliger.
No sabemos de todos modos hasta cuándo, porque el grupo propietario puso el cartel de «se vende» a Mytheresa hace unos meses y aún está a la espera de alguna oferta que les convenza. Mientras tanto, Kliger y su equipo siguen trabajando para maximizar una plataforma online de lujo femenino que da empleo a medio millar de trabajadores y tiene presencia en 130 países. Y la siguiente frontera es el mercado masculino.
Mytheresa no quiere dejar escapar a unos clientes que han perdido el miedo a comprar moda de calidad online, pero al que deben llegar de una manera diferente. Si a las mujeres les gusta la oferta casi sin fin, al hombre parece que la cantidad le acaba abrumando y la experiencia de compra no es tan efectiva. Dicen desde la firma alemana que van a centrar su oferta en determinadas marcas de lujo tradicional y con un alto componente de sastrería en sus creaciones. Habrá que esperar hasta el próximo 27 de enero para ver si la apuesta sale bien.
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