(Foto: Prada)
El cine asiático está de moda. Hasta el punto de que la vencedora absoluta de los Oscar 2020 fue Parásitos. Una película coreana de componente social que acaparó los premios principales de la edición. Algo inaudito hasta este momento para una película extranjera. Una obra, sin duda, muy brillante. Sin embargo, el tiempo de confinamiento que me sirvió para perfeccionar ese casi imposible reto que es aprender mandarín me llevó a ver películas chinas de creación reciente. Y he de decir que muchas de ellas, no le van a la zaga a Parásitos.
En el cine chino contemporáneo confluye una alta calidad artística, tanto de dirección como de interpretación. Así como muy considerables y acertadas posibilidades técnicas. He podido ver producciones que reflejan asuntos de la China actual, que tanto ha cambiado. En muchos casos para bien, desde 1978. Fecha en que el país abandonó la ruina maoista y se acercó a un enfoque económico en gran medida capitalista.
No obstante, tanto el control estatal como la censura del gobierno chino hacen de freno para desarrollar una capacidad creativa aún mayor. Impiden además la presentación de asuntos de carácter social tabú para el PCCh, como la situación de las minorías étnicas. Por ejemplo, la de los habitantes del Tíbet o los uigures.
Podría nombrar cintas como Una vida (1994), que refleja el devenir de una familia en todas las fases de la turbulenta historia china contemporánea. Todo ello con parada especial en la cruenta Revolución Cultural. Películas de cierto contenido propagandístico acerca de los éxitos recientes del estado chino, pero brillantes y espectaculares como Mi patria y Yo (2019). Otras románticas con un enfoque realmente original como Amor a Séptima vista (2009) y otras en donde se refleja la problemática de la política del hijo único Hasta siempre, hijo mío (2019).
Finalmente una de las películas que más me impresionó fue precisamente Más allá de las montañas (2015), del director Jia Zhangke que fue el encargado de presentar la colección de Prada en Shanghai. El director y productor chino ha desarrollado en los últimos años interesantes proyectos cinematográficos como el Festival de Cine de Qingdao y fue el director creativo del espacio Prada Mode Shanghai. A principios de septiembre, Prada presentó este proyecto en Rong Zhai, la mansión que posee la firma en el centro de Shanghai.
Se trata de un club social itinerante, que en este caso presentó una serie de eventos culturales y artísticos exclusivos. Zhangke transmutó la lujosa residencia en MIÀN, una idea inspirada en su obra cinematográfica. El evento se dividió en tres episodios, que intercalaron moda, gastronomía y artes escénicas. El primero tuvo como asunto central los muy populares noodles chinos, donde los visitantes pudieron entrar en contacto con el antiguo arte de la elaboración de este producto, a través de demostraciones de cocina y muestras de recetas.
El segundo episodio se denominó Surface / bǐao miàn. El director invitó a los visitantes a recapacitar sobre su autonomía corporal a través de la representación de tatuajes. Son considerados símbolos del pasado de libertad y rebelión. Los combinó con música disco.
El último episodio fue Meeting, presentando la historia de Shanghai a través de una secuencia de video-instalaciones. Se animó a los visitantes a caminar por los hermosos e históricos espacios de la villa Long Zhai. Finalmente, en la muestra Prada Mode Shanghai los invitados tuvieron la oportunidad de participar en charlas con destacadas figuras culturales. Y asistir también al estreno de un cortometraje de Jia Zhangke, degustando la comida del restaurante del director.
Como era de esperar la trayectoria creciente en ventas y beneficios que estaba experimentando el grupo Prada se vio truncada por la pandemia del Covid-19, con una caída del 32 % en ventas. Todas las regiones donde tiene presencia esta multinacional del lujo se han visto afectadas, en mayor o menor medida, por bloqueos y prohibiciones de viaje. Así Europa comenzó 2020 con un fuerte crecimiento orgánico de dos dígitos en enero-febrero interrumpido a partir de marzo por obvias razones.
La disminución de las ventas relacionados con las campañas turísticas fueron parcialmente compensadas por una muy buena respuesta de los consumidores locales tras reaperturas de tiendas. No obstante, la primera mitad de 2020 ha supuesto una caída de ventas del 41 % con respecto a 2020.
Por otro lado, en Asia Pacífico (cae un 18 % con respecto a 2019) se produjo un retorno rápido y sostenido del gasto de los consumidores desde la normalización de la situación sanitaria. Con un alto crecimiento de dos dígitos en China desde la reapertura y con Corea del Sur y Taiwán recuperándose de los meses del cierre. También se observó un fuerte crecimiento orgánico de dos dígitos en enero y febrero en las Américas interrumpido por el cierre a finales de marzo, con tendencia de mejora reciente a pesar de la emergencia sanitaria en curso.
La compañía ha destacado un crecimiento sostenido en Canadá desde la reapertura. Al igual que en Europa la caída con respecto a 2019 supera el 40 %. Los beneficios del grupo antes de intereses e impuestos han pasado de ser positivos en el primer semestre de 2019 (150 millones de euros) a negativos (-196 millones en el semestre). La compañía ha cifrado en 112 millones el impacto directo ocasionado por cierres temporales o definitivos de tiendas provocados por la pandemia.
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