Extraterrestres
Si alguien sabe en qué hangar quedó varado el Apolo 17, por favor, que lo comunique inmediatamente porque hay voluntarios para ir a la Luna.
Hay quien defiende y hasta argumenta, allí le vaya la vida en ello, que hay presencia extraterrestre en la Tierra. Mientras, yo me he preguntado en muchas ocasiones si no hay modo de llevar a algún terrestre fuera de este planeta, eso sí, en las mejores condiciones humanitarias posibles. Incluso, si me permiten el juego de palabras, y sin ánimo de ofender que la susceptibilidad está a flor de piel y de canela, deambulan por una parte de nuestro país, como los llama un amigo íntimo, los extraTORRAstres, un espécimen de alienígenas que, desde una supuesta superioridad racial, demonizan al común de los terrícolas.
Los extraTORRAstres llegan a viajar por el mundo, con una simbología marciana, y, a decir verdad, no pasan desapercibidos sino que hacen acopio de identidad astral. Será así que en un viaje reciente que hice para visitar el horror más inmundo en el campo de concentración de Auschwitz me encontré a un aborigen espacial de esta condición, indumentado además de indocumentado, como precian los soldados imperiales de la Galaxia. El vecino de la Vía Láctea, que no Laietana, se permitió hacer bromas acerca del Exterminio, para mayor vergüenza y rubor de su sufrida esposa, que no sabía cómo sobrellevar la bellaquería del guerrero.
Y bellaquería por bellaco, que no por bello, porque el indígena celeste era más feo que una pitón albina. En fin, solamente faltaba aquel concejal madrileño, de apellido Zapata, para bufonear sobre los judíos. Si alguien sabe en qué hangar quedó varado el Apolo 17, por favor, que lo comunique inmediatamente porque hay voluntarios para ir a la Luna.
La inquietud alienígena llegó al Senado el año pasado cuando un representante elegido democráticamente formuló la siguiente pregunta: “¿Qué protocolos tiene adoptados el Gobierno ante la posibilidad de un apocalipsis zombi?” Cierto es que el senador registró la cuestión para llamar la atención sobre lo que, a su juicio, era la escasa calidad de las contestaciones parlamentarias que recibía. Pero no puede uno por menos que replicar aquella frase, tan luminosa como portentosa, que pronunció el inefable Federico Trillo siendo Presidente del Congreso: “¡Manda (h)uebos!”
La citada expresión brotó de boca de Trillo cuando sometió a votación del grueso de la Cámara, porque gruesa es, la siguiente marcianada: “Rúbrica de la disposición transitoria segunda. Se suprime la referencia a las tarifas de conexión para desarrollar el contenido resultante de la tramitación previa en el Congreso de los Diputados. Por último, también por razones de técnica legislativa, una disposición derogatoria que prevé expresamente la abrogación del Real Decreto Ley del que trajo origen este Decreto Ley”.
La expresión “¡Manda (h)uebos!” deriva derechamente del latín “Mandat Opus”, que de casta le viene al galgo al ex Ministro, que en román paladino significa “la necesidad obliga”. Como los españoles somos, en buena medida y en mala hora, mal pensados, muchos pensarían que los huevos de Trillo hacían referencia a las criadillas masculinas. Radicalmente no. Ni siquiera la expresión “poner a huevo” tiene ninguna derrota glandular, modismo que tiene más de tres siglos de historia, y que hace referencia a lo que prácticamente no tiene valor, puesto que el huevo era el producto más barato de la época.
Como nos hemos acostumbrado a abrir Embajadas extraTORRAstres, sin ninguna acritud sea dicha, no nos debería extrañar que algún avezado representante político del gremio patrio atendiera la petición formulada por el Movimiento Raeliano Internacional para residenciar una Embajada para los extraterrestres. Si yo fuera “cabeza de cono” andaría muy tranquilo. Pero es que tampoco nuestra Administración de Justicia carece de antecedentes ufológicos. En 2010, el Juzgado de lo Penal número 3 de Málaga tuvo que hacer frente a un poltergeist cuando apareció aparcado un automóvil con su conductor en el interior delante de la entrada del parque de bomberos de Vélez-Málaga. El hombre declaró a conciencia que “estaba regando el río Vélez y me han traído en un ovni”. El abducido, de nombre Benedicto, fue condenado a ocho meses de prisión con atenuante de embriaguez.
Aunque la palma, aunque fuese en Fuerteventura, se la lleva un asunto que acaeció en 2012 y que también tiene que ver con los bomberos. El Ayuntamiento de La Oliva convocó unas plazas de funcionarios en prácticas como bomberos conductores. Al parecer, y según consta en la Sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Las Palmas, el examen se filtró a algunos agraciados de modo que conocían previamente las respuestas.
Y como eran disciplinados, a la pregunta: “¿En qué se inspira la Constitución Española de 1978?” respondieron conforme al texto que les habían anticipado, sin reparar que contenía un error: “La Ley Fundamental de Ovni”. Una vez más, las nuevas tecnologías jugaron una pésima jugada porque donde debía decirse “Bonn” se transformó por albur de la robótica, en “Ovni”. Aunque pensándolo bien, ¿qué clase de vida inteligente hay en la Tierra para que se formule esa pregunta a un conductor de un coche de bomberos? Vayan encendiendo los motores del Apolo 17. Despegamos.