En el último lunes de enero no quiero dejar de hablar de Januhairy, un movimiento relativamente nuevo que reivindica el vello corporal de las mujeres. Desde que en los años cincuenta se popularizara la depilación femenina, nos esclavizamos a someternos a sesiones de tortura para lucir nuestras axilas, piernas e ingles limpias de vello.
Uno de mis peores recuerdos de hacerme adulta fueron sin duda mis sesiones depilatorias donde no dejaba de quejarme y salir con rojeces en la piel. Solo una minoría cuestionaba entonces la posibilidad de dejar nuestras piernas con pelos, de salir a la calle luciendo axilas y, la mayoría, éramos las primeras en poner el ojo de crítica a quienes se saltaban el canon.
Complacida observo cómo este mes de enero, las redes se han llenado de mujeres de todo el mundo mostrando su vello en el cuerpo. Confesando los complejos por ser muy peluda y tener vello, desde el desconocimiento y la censura se decía, donde una mujer no debería. El nombre del movimiento, Januhairy, es un juego de palabras en inglés de January (enero) y Hair (pelo).
Rostros famosos como Madonna o Julia Roberts también lo apoyan. Esta última es una abanderada del tema y ya en 1999 se presentó al estreno de la mítica Nothing Hill con las axilas al natural. En nuestro país, la ahora ministra de Igualdad, Irene Montero, recibió críticas desacertadas por una instantánea en la que lucía también su vello al natural.
Los descalificativos a Montero son un ejemplo de la necesidad de seguir rompiendo cadenas invisibles para las mujeres, que les impiden decidir en libertad sobre su cuerpo y su imagen. Januhairy ha arrasado en Instagram y, siguiendo la propuesta de la incitadora del reto, la estudiante inglesa Laura Jackson, desde 2017 son cada vez más las mujeres que el mes de enero, por lo menos, deciden dar ejemplo y lucir vello.
Es una acción más para promover el Body Positive, cuyo lema principal,«mi cuerpo, mis reglas», persigue dar coraje, sobre todo a las mujeres, para que acepten su cuerpo tal cual es. El objetivo es llegar a poder mirarse al espejo sin miedo, aceptando todo aquello que vemos y que socialmente se ha silenciado y rechazado.
No encajar en los cánones no debe ser una fuente de complejo, sino de auto reafirmación. El Body Positive no puede convertirse únicamente en un culto a las tallas grandes y un rechazo a las figuras delgadas. Este movimiento, surgido a finales de los sesenta en Estados Unidos, fue el embrión del resto de afluentes que han aparecido con el paso de los años.
Las reivindicaciones para luchar contra la cosificación de la mujer han sido muchas y, a pesar de ello, todavía sentimos nuestros propios prejuicios en el libre albedrío de la mujer. Incluso siendo mujeres. Por eso, Januhairy nos ayuda, libera y acompaña en el tránsito de atrevernos a lucir nuestro cuerpo como deseamos, no como se nos impone. Quedan tres días para terminar enero. ¿Te unes al movimiento?
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