Se llama Karen Uhlenbeck y es la primera mujer que ha ganado el considerado ‘Nobel’ de Matemáticas y eso significa un nuevo techo de cristal vencido. Como dijo otro Nobel, John Nash: “ Mis probabilidades de éxito aumentan en cada nuevo intento”. Seguro que Hipatia de Alejandría, en el siglo III, hubiera sido una gran merecedora del galardón, pero su triunfo fue llegar a nosotros más allá de los historiadores por el legado transmitido de sus discípulos. Así ha sido para muchas mujeres matemáticas a lo largo de la historia.
En el siglo XVIII y en plena Revolución Francesa, Sophie Germain se convirtió en matemática autodidacta, leyendo a escondidas libros prohibidos de la biblioteca de su padre y difundiendo sus estudios a través de un pseudónimo masculino: Montsieur Leblanc. Las historia tardaría varios siglos en recuperar su apellido para nombrar una de sus teorías sobre números primos como ‘Germain’.
Por su parte, Emmy Noether logró a finales del siglo XIX romper otro techo de cristal: acceder a la universidad aunque sin derecho a poder examinarse. El mismo Albert Einstein reconoció los importantes avances en álgebra de Noether, básicos para su famosa ‘Teoría de la Relatividad’.
Hace pocos días se fallaba el Premio Abel 2019 y era para la estadounidense Uhlenbeck, firme defensora de la igualdad de género en la ciencia y creadora en 1993 del programa ‘Mujeres y Matemáticas’ para dar liderazgo femenino a las investigaciones científicas. Algunos miembros de la Royal Society han reconocido que el premio para ella llega algo tarde, puesto que sus logros han contribuido a los mayores avances en las matemáticas de los últimos cuarenta años.
La sociedad sin embargo no funciona según la lógica matemática y el reconocimiento de los logros no siempre ha sido proporcional. Muchos no habremos oído hablar de los premios Abel, tampoco de Karen Uhlenbeck, pero debemos enaltecer a todos aquellos que logran llegar a cualquier sitio por primera vez. Ella lo ha hecho, como muchas otras mujeres que la han precedido, y otras que le seguirán.
En su última frase colgada en Twitter, Karen muestra el camino a seguir: “Pon tu mente en ello y puedes hacer o lograr cualquier cosa”. La matemática de 76 años es considerada un modelo de inspiración para vocaciones científicas. Hace tan sólo cien años hubiera sido imposible reconocer el talento en una mujer, aunque fuera tardío, y sólo por ello debe de ser destacado más allá de un titular o una noticia de agencia.
Puede que nuestra mente no comprenda, por falta de conocimiento matemático, el contenido del premio, pero sí que con él se le otorga el valor de ser otro referente femenino. Lejos de aislarlo, démosle la visibilidad necesaria para que aquellas niñas, adolescentes o mujeres científicas se sientan representadas con cada nuevo paso hacia el reconocimiento merecido. Noticias así nos ayudan a avanzar y dan la razón a frases como la de Einstein: “Los que dicen que es imposible, no deberían molestar a los que lo están haciendo”.
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