Publicaciones de Dori Toribio

Michelle Obama presentó un año más la decoración navideña de la Casa Blanca. Esta vez entre suspiros de reflexión y balance, porque se trata de la última navidad que la familia Obama pasará en la residencia de la avenida Pennsylvania. El tema de este 2016 es “El Regalo de las Fiestas”, que quiere reflejar “no solo la alegría de dar y recibir, sino también los verdaderos regalos de la vida, como el servicio a los amigos y la familia, la educación y la buena salud, ahora que celebramos la temporada de fin de año”, según el comunicado de la Casa Blanca. Michelle Obama presentando la decoración navideña Estas palabras hacen referencia a las campañas que ha liderado la primera dama estos últimos ocho años, presentes en la decoración navideña: “Let’s move”, contra la obesidad infantil, y “Let Girls Learn”, para promover el acceso a la educación de las niñas de todo el mundo, mensaje que se puede leer a los pies de dos árboles de diseño en la Biblioteca decorada en tonos verdes y ocres. El espíritu de estas iniciativas sirve de hilo conductor en el recorrido navideño por la Casa Blanca, donde se celebran las fiestas a lo grande: 70.000 adornos, 4.000 campanas, 63 árboles de navidad, 109 coronas, 25.000 galletas, una casa de pan de jengibre de 136 kilos y 20 fiestas y recepciones, a las que acuden 70.000 invitados de todo el mundo. Y para recibirles, hay que desplegar la magia navideña hasta en el último rincón de la residencia presidencial. Decoración de la librería de la Casa Blanca Nada más entrar al Ala Este, dos figuras gigantes reciben a los visitantes: son réplicas a gran escala de los perros de agua de la familia Obama, Bo y Sunny, elaboradas con 25.000 pompones de lana. El plato fuerte es el gran árbol, que se exhibe desde 1966 en el Salón Azul. La primera dama recibió el abeto Balsam-Veitch transportado en el tradicional carruaje tirado por caballos a su llegada al Pórtico Norte de la Casa Blanca. Se trata de un árbol casi 6 metros, adornado con una guirnalda dorada que lleva inscrito el preámbulo de la Constitución estadounidense y en honor a los militares estadounidenses y sus familias, a quienes Michelle Obama ha dedicado gran parte de su agenda como primera dama. Árbol de Navidad en la sala azul de la Casa Blanca Otra de las grandes tradiciones es la gran casa de pan de jengibre que se elabora para estas fiestas, una réplica comestible de la Casa Blanca que se expone en el Comedor de Estado. Pesa 136 kilos, con la mitad de su peso en galletas, cubiertas de mazapán para lucir la blanca fachada. Pero no es la única. Este año está además flanqueada por 56 casas de galletas de jengibre, una por estado o territorio, elaboradas con 200.000 piezas de Lego, que un equipo de expertos de la compañía de Connecticut tardó más de 500 horas en diseñar y montar. Figuras gigantes de los dos perros de los Obama “Nadie celebra la Navidad como la Casa Blanca”, suele decirse en Washington, donde el peso histórico es importante. La mayoría de las piezas decorativas navideñas pertenecen al inventario presidencial de la Casa Blanca. Apenas un 10% de los materiales utilizados son nuevos. Pero se añade un toque diferente cada temporada, que represente la actualidad y a la familia presidencial. Este año, la mayoría de la decoración está diseñada por Bryan Rafanelli. Y un equipo de 90 voluntarios de 33 estados del país se encargó de la puesta en escena durante semanas, hasta tenerlo todo listo para la última Navidad que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su familia pasarán en la Casa Blanca.

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