El envejecimiento de la piel es un trastorno que muchas personas empiezan a padecer ya a partir de los 25 años. Una vez llegados a esta edad, si no se toman ciertos cuidados o si se expone a la piel a situaciones poco saludables, esta comenzará a sentir los primeros efectos del envejecimiento prematuro.
A veces la piel puede envejecer de forma prematura por cuestiones genéticas. Sin embargo, en otras ocasiones son las mismas personas las que motivan este envejecimiento con una serie de factores. Entre todos ellos, hay algunos que se consideran fundamentales y que, en la medida de lo posible, habría que evitar para un mayor cuidado de la piel.
Tal y como puede verse en Tgusta, los serums faciales son uno de los productos más populares frente al envejecimiento de la piel. No en vano, aportan la hidratación, la nutrición y la protección que los diferentes tipos de piel necesitan, ante la pérdida de sus elementos debido a los factores anteriores.
Los sérums faciales poseen una concentración de principios activos muy superior a los de cualquier crema hidratante. Además, es un producto capaz de actuar, incluso en las capas más profundas de la piel, ya que cuenta con una gran absorción y, sobre todo, una consistencia fluida.
Es cierto que el uso del sérum facial es mucho más efectivo cuando aparecen los primeros síntomas del envejecimiento de la piel. Sin embargo, sus múltiples propiedades hacen que pueda ser utilizado en cualquier momento. Además en el mercado actual hay una gran variedad de este producto para el tipo de piel y los cuidados que haya que realizar.
Junto a un producto como el sérum facial, resulta evidente que para retrasar el envejecimiento de la piel hay que tratar de controlar los factores anteriormente mencionados.
Es muy importante pues, protegerse frente al sol con cremas y protectores solares adecuados. También hay que utilizar gafas de sol para proteger los ojos y evitar fruncir el ceño, ya que esto último lo que hace es que proliferen las arrugas en ciertas zonas de la cara.
Por otro lado, hay que llevar una dieta sana y equilibrada, rica en frutas, verduras y omega 3, donde se eliminen los alimentos fritos, el azúcar y los productos precocinados. Alimentos de este tipo van a detener la producción de colágeno y elastina, fundamentales para que la piel luzca radiante y con brillo.
A su vez, es necesario eliminar la presencia del tabaco y la nicotina en el organismo. Precisamente, la nicotina es el mayor enemigo del colágeno, llegando a destruirlo casi por completo. Una persona fumadora será más propensa a la aparición de arrugas y manchas en la piel.
Por último, hay que tratar de evitar las situaciones de estrés y ansiedad. Situaciones como esta hacen que la piel viva en permanente tensión. Si a ello se le añade un mal descanso por las noches, el envejecimiento de la piel será más que evidente.
El cuidado de la piel es una de las acciones fundamentales a llevar a cabo para sentirse más a gusto consigo mismo. Lucir una piel radiante es sinónimo de juventud, belleza y lozanía. Pero también es síntoma de buena salud y de llevar unos hábitos que permitirán a la persona disfrutar de una mayor calidad de vida.
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