Cirugía estética: ¿de qué y por qué nos operamos?
La intervención conocida como mommy makeover tras la maternidad va en aumento así como la cirugía íntima femenina.
La cirugía estética goza de buena salud. De largo se han superado ya las etapas pasadas de tabúes, en las que no se decía ni al círculo más cercano que se había pasado por el quirófano para mejorar algún aspecto de la imagen. En la actualidad van desapareciendo los tintes de frivolidad que siempre han rodeado al sector.
Son muchos los informes técnicos que demuestran que la cirugía estética mejora la calidad de vida del paciente y le aporta bienestar psicológico; ya que fomenta la autoestima, la seguridad personal y es capaz de eliminar complejos. Por ello, es frecuente referirse a la cirugía plástica estética como la cirugía de la felicidad.
Cambios en las demandas
La influencia latina está provocando cambios en las demandas de las españolas cuando acuden al quirófano para someterse a una cirugía estética. Es una de las tendencias actuales que nos trasladó a la prensa la Asociación Española de Cirugía Estética en un encuentro reciente celebrado en Madrid.
Y es que las intervenciones de aumento de glúteos y disminución de cintura (Brasilian Butt Lift) van en aumento. En la intervención se recurre, siempre que sea posible, a la utilización de la propia grasa del cuerpo, que se retira de la cintura y se relocaliza en glúteos. Si no, se emplean implantes.
Las operaciones de pecho, las más demandadas
Las operaciones de mamas continúan a la cabeza siendo las de aumento las más demandas tanto en España como en el mundo. Éstas crecen entre las jóvenes delgadas y que tienen poco desarrollo mamario y se busca con ellas mejorar el tamaño y la forma. Sin embargo, cada día se realizan más intervenciones de reducción y elevación en un mismo paciente.
En la actualidad, los médicos se preocupan de mirar el contorno, proyección y separación de las mamas para obtener los mejores resultados. Lo hacen gracias a la combinación de implantes con geles más blandos -aunque a la vista se perciban duros y firmes- con la propia grasa de la paciente.
El sector en búsqueda de la excelencia continúa investigando para evitar la contractura capsular, un problema que solo se produce en el 6-9% de las operaciones realizadas, que sucede cuando el cuerpo aísla el implante formando una cápsula. La cicatriz se endurece al igual que la mama, que se vuelve dolorosa.
En España, la intervención Mommy Makeover también se está convirtiendo en tendencia. Está diseñada para mujeres que quieren volver a estar como antes de la maternidad. Se realizan varias operaciones en una misma visita al quirófano, entre ellas la abdominoplastia.
Cirugía mamaria también para hombres
Los pacientes masculinos que recurren a la cirugía estética van en aumento. Y en numerosas ocasiones pasan por el quirófano para mejorar el aspecto de sus mamas. Y es que con el paso de los años, los varones pueden desarrollar pecho. Pero también aumentan dichas intervenciones en jóvenes que están muy acomplejados por un desarrollo anormal hormonal.
No obstante, los hombres también recurren a la cirugía estética para aumentar biceps, tríceps, pectorales y abdominales. En una sociedad con un arraigo culto al cuerpo el implante de abdominales para lucir un torso envidiable es la intervención masculina más frecuente en España y el resto del mundo.
Auge de la cirugía íntima femenina
Está muy de moda por los buenos resultados que se obtienen y porque las mujeres poco a poco van desprendiéndose de tabúes relacionados con sus partes más íntimas. Por eso, la cirugía de labios, clítoris y perineo son muy frecuentes.
No solo hay que pensar en un público femenino mayor, ya que algunas jóvenes de 18 a 20 años solicitan cirugías de labios menores (labioplastia) por hipertrofias generadas en la pubertad. No deja cicatriz y el postoperatorio es muy sencillo.
Cirujanos y pacientes, en búsqueda constante de la naturalidad
El concepto físico de la mujer ideal ha variado con los años. En este sentido el presidente de la AECEP, el Doctor Francisco Gómez Bravo, nos recuerda que en la primera fase de desarrollo de la cirugía estética, es decir, los años 70 y 80, las operaciones eran muy notorias buscando las curvas femeninas. Posteriormente, en una segunda fase, el canon de belleza fue la delgadez extrema y el aspecto andrógino.
Las técnicas se modernizaron para que las operaciones no se notasen. En la actualidad, la tendencia es la naturalidad, tanto en el aspecto como en el tacto. Algo que no se conseguía no solo en operaciones de pecho sino en las de nariz, cuyas puntas quedaban rígidas como una piedra. «Se trataba simplemente de corregir un defecto pero esto creaba estigmas. Ahora avanzamos en pro de la naturalidad. Por ejemplo, que un pecho con prótesis no solo quede bien en la foto sino que al tocarlo uno no se dé cuenta de que es una mama». Es lo que buscan tanto pacientes como cirujanos, nos explica Gómez.