Por qué es fundamental tener una rutina de belleza de noche a partir de los 30
Cuidar la piel es vital a cualquier edad pero se hace más importante a partir de los 30. Es entonces cuando recomiendan diferenciar entre rutinas de día o de noche. ¿Sabes por qué?
Tener una rutina de belleza facial diaria es imprescindible para cuidar la piel. La limpieza y la hidratación son las máximas fundamentales para los tratamientos a cualquier edad, cobrando una importancia especial a partir de los 30. Es entonces cuando se hace más visible la disminución del colágeno, cuando comienzan a aparecer las arrugas y las líneas de expresión… Pero, ¿por qué los expertos y las marcas inciden a partir de esta edad en que debemos tener una rutina de belleza específica para la noche? ¿Sabes por qué hay cremas especialmente indicadas para usar mientras dormimos?
Ingredientes fotosensibles en la rutina de noche
La piel se regenera mucho mejor durante la noche. Las células trabajan más activamente en nuestras horas de sueño, por lo que proporcionarles un extra de hidratación en este periodo tiene todo el sentido del mundo. Así lo comenta la maquilladora profesional y experta en cuidado facial Regina Capdevila, para justificar que las cremas de noche tengan fórmulas especialmente regenerantes, nutritivas y extra hidratantes. «En ellas se incluyen componentes muchas veces fotosensibles como el ácido glicólico o el retinol, que al contacto con la luz del sol podrían provocar la aparición de manchas», explica.
Por eso es tan importante mirar la composición de las cremas y hacer caso de sus indicaciones de uso si específicamente indican que forman parte de una rutina para la noche. En cualquier caso, Regina cuenta que podrían usarse también de día «pero siempre con protección solar».
La textura, una de las diferencias fundamentales de las rutinas de día o de noche
En segundo lugar, otro de los motivos por los que hay cremas especialmente indicadas para la noche es su textura. Precisamente por tener ese componente «extra» de hidratación, muchas de ellas son más densas u oleosas que las cremas de día. Esa sensación de ‘espesor’ que no nos molesta tanto durante las horas de sueño, sí puede resultar desagradable o incómodo durante el día. «Por eso elegimos productos con texturas más ligeras para el día», comenta Capdevila.
Esta diferencia de texturas entre cremas de día o de noche también sucede con productos de tratamiento específicos como los contornos de ojos. En el caso de escoger este tipo de productos, «se recomienda usarlos al menos 20 minutos antes de acostarse para que la piel pueda absorberlos y que no se quede parte de ellos en las sábanas».
No obstante, también hay productos recomendados para la noche con texturas ligeras y agradables, igualmente efectivos. Es el caso del último contorno de ojos Inhibit Retinol Eye Lift de Natura Bissé, con una textura ligera, tres tipos de ácido hialurónico y retinol. Y si hablamos de cremas de tratamiento nocturno, desde aquí recomendamos la Vital Perfection con ReNeura Technology de Shiseido, una crema ligera con un agradable aroma que lucha también contra las manchas de la piel.
La doble limpieza facial, el paso previo a la rutina de noche
Además de tener una rutina de belleza específica para la noche, la experta insiste en la importancia «vital»de llevar una doble limpieza al terminar el día: «Hay que realizarla siempre. Independientemente de si nos maquillamos o no y del tipo de piel que tengamos». Esto no sería tan importante durante el día, cuando una limpieza normal sería suficiente.
Para ello Capdevila recomienda aplicar primero un producto limpiador de base oleosa «porque la suciedad y la grasa se quitan con grasa» y luego aplicar un segundo de base acuosa, tipo jabón. «Solo así conseguiremos que la piel esté limpia y perfectamente preparada para recibir los tratamientos de noche. Esos más hidratantes y densos que actúan de forma activa durante las horas de sueño».
Desde The Luxonomist recomendamos la doble limpieza del tratamiento Ultimate Saho de Sensai. Un ritual en tres pasos que incluye también una loción calmante para aplicar después del jabón, que utiliza la seda Koishimaru como ingrediente principal.