Hay lugares privilegiados y dotados de una belleza llamativa, pura y exuberante. Rincones del planeta que por sus características, su ubicación y sus condiciones son auténticas joyas en todos los sentidos. Una de ellas es la Selva Negra, en Alemania, un apreciado enclave para los amantes de la naturaleza y cuna de la firma de cosmética natural Annemarie Börlind, que utiliza el poder de las rosas para cuidar la piel.
Se trata de una marca con más de medio siglo de andadura que sin embargo acaba de aterrizar en nuestro país. La fundó en 1959 AnneMarie Lindner, una mujer pionera que apostó por una cosmética honesta, natural y ecológica que hoy defienden sus nietos.
Así Alicia y Nicolas Lindner, CEOs de la compañía desde 2020, continúan con el legado de su abuela exportando las virtudes de su hogar, la Selva Negra, y convirtiéndolas en cremas.
En cremas veganas, naturales, no tóxicas, cuidadosas con la piel y con el planeta, porque también son sostenibles. Defienden que «si no te lo puedes comer, no puedes ponértelo en la piel» y creen por tanto en el uso de recursos naturales de una forma responsable y ecológica.
Así, en su fábrica de Calw, con 260 empleados, elaboran más de 4.000 fórmulas para las que utilizan agua pura de un manantial cercano «que hacía que el terreno estuviera húmedo y nadie quisiera construir sobre él» -nos cuenta Alicia Lindner- y multitud de extractos de plantas autóctonas de la zona. Pero no solo.
De hecho, la línea de cuidado facial con la que aterrizan en nuestro país tiene a las rosas como protagonistas. En concreto un complejo patentado de tres tipos de rosas provenientes tanto de la Selva Negra como de un cultivo ecológico y controlado que la firma tiene en África. Un proyecto con mujeres y un fuerte compromiso social.
La línea Rose Nature consta de cinco productos que reproducen la delicadeza, sedosidad y el aroma de dichas flores. Llama la atención en ellas su textura extra fluida y su rápida absorción, incluso en la crema de noche. Además, todos ellos (limpiador, crema de día, contorno de ojos, crema de noche y bruma protectora) tienen un exquisito y sutil aroma a rosas.
Entre sus virtudes, según la experta, están «paliar los efectos de la luz azul en el rostro, reducir las arrugas, mejorar la elasticidad y aportar luminosidad. Sus ingredientes naturales favorecen la producción de colágeno y la regeneración de las células».
En cuanto a sus proyectos futuros, tienen mucho que ver con su compromiso con el medio ambiente. De hecho, sus objetivos para 2025 pasan por proteger y preservar los recursos para reducir la huella de carbono, reducir la basura y así «proteger la naturaleza y a las personas que vivimos cerca de ella».
Actualmente cuentan con más de 250 premios, numerosos reconocimientos internacionales de prensa especializada así como el título de «empresa sostenible certificada».
«La Selva Negra es nuestro hogar y nos sentimos privilegiados de vivir en él. Con nuestro trabajo protegemos el balance del entorno y garantizamos que las próximas generaciones disfruten de la conexión que tenemos con la naturaleza», concluye Alicia Lindner.
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