Los fines de semana son propicios para que los tabloides británicos se despachen a gusto con la familia real de su país, atendiendo siempre a posibles rumores o a los recorridos “supuestamente” con que salvaguardan cualquier responsabilidad. ‘The Sun’ afirma sin rubor que las cuñadísimas pasarían las Navidades por separado. Mientras que los Cambridge, o sea Kate, William y los niños, disfrutarían las fiestas en familia en su residencia de Anmer Hall en Northfolk. Por su parte los Sussex, o sea, Meghan y Harry, departirían con la reina Isabel II en Sandrigham, poniendo así de manifiesto las diferencias que existen entre las dos incorporaciones plebeyas a la corte.
Anulando estas contradictorias informaciones, se ha sabido que por orden de Su Graciosa Majestad, estarán todos juntos estos días de paz y amor en Sandrigham, anulando cualquier otro proyecto, si alguna vez hijos y nietos tuvieron opción de voz y voto para decidir. Meghan Markle bien podría necesitar la ayuda de Kate Middleton para superar lo que Christopher Wilson, biógrafo de la familia real, define como una nueva prueba de fuego para todos: “Pasar las vacaciones en Sandrigham supone un reto, en especial para aquellos ajenos a la familia real. Todos están deseando largarse cuando antes”. Así que mejor apoyarse unos en otros y dejar a un lado las diferencias, si las hubiera.
Por otra parte el ‘Daily Mail’ asegura que el príncipe Harry ha sucumbido a una petición de Meghan. Para no alterar su estado de buena esperanza, el flamante futuro papá ha decidido no participar en la tradicional cacería del zorro del Boxing Day, que se celebra el día después de Navidad. Un tradición en la que Harry ha tomado parte desde hace veinte años y que en 2006 se vio afectada al prohibir el gobierno laborista la utilización de labreles que acababan matando a mordiscos al zorro cuando estaba acorralado.
Renunciando a seguir la tradición, Enrique acepta los valores de su esposa, extremadamente activa en cuanto a la defensa de la causa animal, demostrándole así una vez más, la profundidad de su amor. Que suena a cursi, pero puede ser verdad.
Para rematar la semana (y empezarla peor), la medio hermana de Meghan, Samantha, ha utilizado Twitter como medio de provocación, esperando que sirva de reclamo para nuevas entrevistas (remuneradas), en cualquier medio. Ahora dice que tomemos nota de la actitud de los duques de Sussex en la imagen que han utilizado para felicitar las Navidades urbi et orbi.
Se trata de una fotografía en blanco y negro tomada en lo que será su nueva residencia de Frogmore, donde celebraron la fiesta nocturna de su boda. Samantha incide en que reparemos en que los dos, Meghan y Harry, están de espaldas, que es su postura frente a todos. Dar la espalda a la familia, al mundo, a la opinión pública. No se quién aconseja a la chica o le proporciona titulares para este tipo de provocaciones, pero está en franca decadencia.
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