Isabel II cumple 96 años este 21 de abril de 2022. Una vida marcada por su exposición pública casi permanente y por una faceta íntima repleta también de curiosidades. La monarca británica es la principal figura política de los cincuenta y cuatro países que forman parte de la Commonwealth. Una organización de países soberanos que, con la excepción de Mozambique y Ruanda, comparten lazos históricos con el Reino Unido. De todos ellos, es Reina en 15 países.
Su nacimiento en 1926 supuso una alegría para los Duques de York. Isabel nació por cesárea poco antes de las tres de la madrugada en la casa londinense de su abuelo materno. Concretamente en el número 17 de Bruton Street, en el barrio de Mayfair. Sus padres, Jorge VI e Isabel, permanecían en un segundo plano dentro del reinado de Jorge V.
Tras su fallecimiento en 1936, heredó el trono su primogénito Eduardo VIII, como estaba previsto. Pero once meses después cedió sus obligaciones a su hermano Jorge (de quien Isabel II heredaría el trono) para iniciar una vida nueva junto a la plebeya estadounidense, Wallis Simpson.
Su reinado es el segundo más largo de la historia, tras el del francés Luis XIV que reinó durante 72 años y 110 días. Isabel II sucedió a su padre, Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, a su muerte. Pero no fue coronada hasta el 2 de junio de 1953.
La pequeña Isabel, con apenas 10 años, comenzó a darse cuenta de que acabaría siendo reina en un futuro. Por expreso deseo de sus padres, fue educada en casa. Tanto ella como su hermana Margarita estudiaron bajo la supervisión de su madre y Marion Crawford. Una institutriz llamada cariñosamente “Crawfie” que les enseñaba historia, lengua, literatura y música.
Aprendió a hablar francés también con ayuda de profesores particulares. En un libro biográfico posterior, Crawford resaltó la disciplina y la responsabilidad de Isabel y su amor por los caballos y los perros.
De hecho, de todos es conocido que siente pasión por los perros. Cuentan que a lo largo de su vida ha compartido tiempo y vivencias con más de treinta corgis. Serían todos ellos descendientes de Susan, la perrita que recibió como regalo de cumpleaños cuando cumplió la mayoría de edad.
Es una raza cuyo origen se ubica en las tierras ganaderas de Gales. Allí ha sido usado durante siglos como perro pastor y se cree que es una de las razas de perro más antiguas de Gran Bretaña.
Otra de las curiosidades de Isabel II es que monta a caballo desde que tenía tres años. Una pasión heredada de su madre. Lleva más de 60 años criando caballos y viéndolos participar en numerosas competiciones nacionales e internacionales. Sus caballos han ganado en algún momento cuatro de los cinco clásicos de las carreras planas: las 1000 Guineas y las 2000 Guineas, las Oaks y la St Leger.
Sólo se le resiste el Derby de Epsom, la carrera más prestigiosa del año. Está prevista, si la salud se lo permite, su presencia el 4 de junio en esta carrera donde competirán tres caballos de su propiedad. En 2013 hizo historia en el deporte cuando se convirtió en la primera monarca reinante en ganar la Copa de Oro de Ascot.
Aunque no se la ve al volante desde hace tiempo, Isabel II es una conductora con bastante experiencia. Y ello a pesar de no necesitar permiso oficial para ello. No tiene documento que acredite su actividad al volante. Algo que aprendió durante su etapa en el ejército, donde llegó a trabajar como mecánica de camiones.
Su marca preferida, al igual que la de su esposo, es Land Rover. Firma que ha correspondido su fidelidad con adaptaciones y vehículos especiales. La Reina tampoco tiene pasaporte. No lo necesita porque es ella misma la que concede su expedición a quienes lo solicitan. Ha visitado más de un centenar de países a lo largo de su reinado.
Desde el pasado octubre, cuando tuvo que ser ingresada durante unas horas en un hospital de Londres, los médicos le han aconsejado que no tome alcohol. Se dice que entre sus hábitos diarios estaba tomar Martini, champán, vino o ginebra repartido a lo largo de la jornada. Aunque fuera en pequeñas dosis, los galenos se lo han prohibido dada su avanzada edad. Otra cosa bien distinta es que se tome alguna licencia de vez en cuando.
La elaboración de bebidas alcohólicas de baja graduación es una de las actividades más reconocidas de los terrenos de Sandringham. La propia Isabel II ha patrocinado la elaboración de varios vinos, whiskies, champagnes, cervezas e incluso una ginebras con productos de sus tierras, arrendados a familias de agricultores locales.
La familia real británica tiene un extenso patrimonio, pero Isabel II sólo ha utilizado cuatro residencias en los últimos años con bastante asiduidad. El Castillo de Windsor es actualmente su casa y antes de la pandemia lo fue el Palacio de Buckingham. Su retiro vacacional está en Balmoral y el espiritual en Sandringham. Es en esta última residencia donde se siente más unida a sus recuerdos.
Allí falleció su marido, el Duque de Edimburgo, hace un año. Una casa que llegó a manos de su familia en la primavera de 1862, cuando la casa y su finca, originalmente de unas 2.800 hectáreas, fue adquirida por la Reina Victoria y el Príncipe Alberto. Querían que su hijo, Albert Edward (Eduardo VII), el Príncipe de Gales, comenzara con 21 años una nueva vida lejos del cómodo palacio.
Isabel II ha sido madre hasta en cuatro ocasiones. Carlos, Ana, Andrés y Eduardo han compartido con ella toda una vida. Le han dado muchas alegrías, pero también le han proporcionado numerosos quebraderos de cabeza; casi siempre protagonizados por las relaciones personales y amorosas de los mismos.
En ello Carlos y Andrés se llevan la palma por cuestiones ya conocidas por todos. Curiosamente, tiene dos nietos de cada uno de sus hijos. En total, ocho. Isabel II tiene también doce bisnietos. A la única que no conoce en persona es a la pequeña Lilibet, de diez meses, segunda hija del príncipe Harry y Meghan Markle.
Otra de las curiosidades de Isabel II tiene que ver con su propio estilo. Todos la recordamos por su inconfundible e icónica imagen, vestida con sombrero, abrigos y vestidos de tonos llamativos. Algo que está ligado con su seguridad, como reveló Sofía de Wessex en el documental La Reina a los 90. Al no tener una elevada estatura y estar rodeada de numerosas personas en sus actos públicos, sus colores vistosos benefician a los servicios de seguridad si hay necesidad de protegerla.
Así que la libertad en su atuendo queda reducida a los complementos. En este sentido los bolsos suelen ser principalmente de la firma Launer. Se trata de una marca creada en Londres en 1940 y que ha premiado la fidelidad de la monarca con un modelo inspirado en uno que lanzó en la década de los 70 y que ha bautizado con el nombre de Jubilee.
A lo largo de su vida ha lucido más de 5.000 sombreros, la mayoría elaborados por el británico Philip Somerville y sus zapatos los firma Anello & Davide, todos iguales a razón de 1.300 euros el par.
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