El príncipe Harry regresa a Reino Unido muy a su pesar. Nada que ver su semblante con las escasas imágenes que se han visto de él en Canadá, descendiendo de los distintos medios de transporte que ha usado para desplazarse estas últimas semanas. Las sonrisas que muestra junto a su mujer Meghan Markle han desaparecido de su rostro, por lo menos a su llegada a Edimburgo.
Sus últimos actos oficiales como miembro activo de la Corona británica estarán relacionados con las causas sociales que apoya y representa desde hace años. Pero no será hasta el 5 de marzo cuando veamos de nuevo a la pareja junta en un evento. Harry y Meghan Markle asistirán a los premios del Endeavour Fund y dos días después al festival de música de Mountbatten. Es posible que la propia Meghan se deje ver en algún acto relacionado con el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
Todo ello antes de dar por finiquitado el asunto público real el 9 de marzo. Será entonces cuando la pareja asista junto a la Reina Isabel II y el resto de la Familia Real al oficio religioso que se celebrará en la Abadía de Westminster por el Día de la Commonwealth. A partir de ahí, esperar hasta que el 31 de marzo termine su actual labor profesional.
Entre sus citas futuras hay una boda y aún no está segura su presencia en la misma. La prensa británica pone en duda que Harry y Meghan acudan al enlace de la princesa Beatriz, prima de Harry, en el Palacio de St. James, el 29 de mayo. «La invitación está cursada, pero depende de ellos que asistan o no», asegura un amigo personal de la pareja citado por el Daily Mail.
La polémica también ha acompañado al príncipe Harry en su primer acto público en tierras británicas en este fin de ciclo. Una cita que se encargó de establecer en su agenda hace unos meses, precisamente cuando se destapó la polémica del excesivo uso de aviones privados que hacía la pareja en sus desplazamientos. Harry llegó a admitir incluso que fue un error y desde entonces intentan usar vuelos comerciales.
Su apoyo a la iniciativa Travalyst forma parte del intento por mejorar su imagen al respecto. El príncipe Harry ha sido testigo del nuevo sistema clasificación para que los pasajeros de los aviones rastreen sus emisiones de carbono. El saludo con los delegados en esta cumbre de turismo sostenible es lo único que ha sacado una sonrisa al nieto de Isabel II.
*Foto principal: Gtres
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