Este 29 de julio se cumplen 41 años de la boda entre el príncipe Carlos y Diana Spencer. Un aniversario que el heredero al trono británico seguro que recuerda con sentimientos encontrados.
El enlace tuvo lugar en una abarrotada catedral de San Pablo, en Londres. El acontecimiento se retransmitió en directo y millones de espectadores en todo el planeta siguieron una boda histórica. Con ella nacía el fenómeno Lady Di, que acabaría engullendo al propio Carlos años más tarde.
El primogénito de Isabel II se casó con 33 años y cuando Diana caminaba hacia el altar acaba de cumplir los 20. Más llamativo es que cuando ambos se conocieron, la joven tenía tan solo 16 años. Corría el año 1977 y el príncipe Carlos aún seguía desojando margaritas. En ese momento, su pareja era precisamente una de las dos hermanas mayores de Diana, Sarah.
A estas alturas de la película, hasta el príncipe Carlos reconocería que aquella boda fue impuesta por numerosas circunstancias. La más relevante: la necesidad de proporcionar estabilidad a la corona.
Si de algo ha dado muestras Isabel II en su reinado de platino es de que la institución está por encima de todo y de todos. Así de claro se lo dejó a su propio hijo años antes, en 1970, cuando el joven príncipe tenía 23 años y perdía la cabeza con una joven de 21 llamada Camilla Shand.
Carlos conoció a Camilla en un partido de polo e iniciaron una relación que iba bastante en serio. Ambos eran primos novenos, pero la Reina pidió informes sobre ella y lo que descubrió no le acabó gustando.
Las malas lenguas insisten en que la actual esposa del heredero no gustaba por aquel entonces porque su historial de relaciones sentimentales era demasiado extenso. Además, era católica y no anglicana.
Miembros de la familia, como el tío de Carlos, Lord Mountbatten, llegaron a intervenir en una especie de complot para alejar a Carlos de Camilla y enfriar la relación. Los compromisos del joven príncipe no paraban de aumentar y casi no tenía tiempo libre.
Cansada de esperar y con la puerta cerrada a cal y canto en palacio, Camilla se acabó casando en 1973 con uno de sus ex-novios, el mayor Andrew Henry Parker Bowles, con quien tuvo dos hijos.
El día de la boda del príncipe Carlos y Diana Spencer, Camilla estaba presente en la catedral como invitada. Se definían entonces como grandes amigos pero ninguno de los dos estaba contento en su matrimonio. A finales de los ochenta, por palacio eran de sobra conocidas las infidelidades entre Carlos y Camilla y sus reuniones clandestinas de domingo.
Hasta que en diciembre de 1992 a Diana se le acabó la paciencia y se anunció la separación. Meses después, la prensa publicó incluso las conversaciones sexuales entre los infieles, lo que se llevó por delante el matrimonio de Camilla con Parker Bowles.
Con el terreno despejado, Carlos ha podido rehacer su vida sentimental con Camilla enfrentándose a todo y a todos. La pareja se casaba en 2005 y aunque el príncipe Harry sigue mirando con recelo a la mujer de su padre, sus hijos han acabado por aceptar la relación.
Incluso Isabel II ha concedido a Camilla los honores necesarios en caso de que su hijo comience su reinado. A sus 73 años, a base de actos públicos conjuntos, el príncipe Carlos goza de una popularidad y estabilidad emocional impensable a principios de siglo.
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