Después de casi dos años sin pisar suelo español, el Rey Juan Carlos ha regresado este jueves a nuestro país. Con ello ha protagonizado un momento histórico con un emocionante aterrizaje en el aeropuerto de Vigo. En las pistas fue recibido por su hija, la infanta Elena, con quien se fundió en un gran abrazo, y por su amigo y anfitrión Pedro Campos.
El Emérito se dirigía inmediatamente a la casa de su gran amigo en Sanxenxo, donde disfrutó de una cena informal a base de productos gallegos, con su círculo más íntimo. Esta mañana y tras desayunar en casa de su amigo, ha puesto rumbo al Club Naútico de Sanxenxo para disfrutar de una jornada de regatas.
Al puerto deportivo se ha trasladado en coche, como estaba previsto, sobre las doce y media del mediodía. Acompañado por el armador y por su hija, la infanta Doña Elena, el Emérito ocupaba el sitio del copiloto. Ataviado con ropa deportiva y una gorra, no ha dudado en bajar la ventanilla para pronunciar sus primeras palabras desde su regreso a nuestro país. «Muy bien» ha respondido a las preguntas sobre su estado realizadas por los numerosos medios de comunicación congregados a las puertas de la residencia de su gran amigo.
Minutos después y visiblemente emocionado, el Emérito ha sido recibido como un auténtico héroe a su llegada al Náutico de la localidad. Decenas de personas le han vitoreado y aplaudido. Gritos de «¡Viva el Rey!» y «¡Viva España!» le han acompañado durante el corto trayecto entre el coche y el lugar previsto para posar ante la prensa.
Don Juan Carlos, de modo espontáneo y con evidentes dificultades para caminar, se ha acercado a algunos vecinos para agradecerles su inmenso cariño. Emocionantes momentos que reflejan lo querido que es el Emérito, que ha logrado contener la emoción a duras penas y de los que la infanta Elena, muy feliz, ha sido testigo de excepción.
Además, Don Juan Carlos se ha reencontrado con sus compañeros de regatas, a los que ha abrazado cariñosamente y con una inmensa sonrisa antes de saludar a las autoridades locales. Entre ellos se encontraba su amigo y alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín. Posteriormente, Don Juan Carlos ha subido a una lancha neumática para disfrutar de una regata a vela largamente esperada por él. Las condiciones meteorológicas han desaconsejado que subiera al barco Bribón, como estaba previsto.
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