Isabel II no ve con buenos ojos que su nieto y su mujer utilicen de forma comercial la marca ‘Sussex Royal’ una vez fuera de sus funciones como miembros activos de la Familia Real británica. Un contratiempo importante que el príncipe Harry y Meghan Markle no esperaban en sus planes de desconexión y que se une a los escollos que están encontrando en la negociación final de su salida del Palacio de Buckingham.
Según la información difundida por Daily Mail, Isabel II y los funcionarios de alto rango que negocian los detalles del acuerdo final, habrían concluido que no es sostenible que la pareja mantenga la palabra ‘Royal’ y la explote de forma comercial.
Un detalle que no es baladí, ya que ambos han tomado decisiones relevantes desde hace varios meses encaminadas a que bajo el paraguas Sussex Royal se cobijen los ingresos que provengan de los negocios digitales (redes sociales o webs de ambos), conferencias, producciones audiovisuales o merchandising. Se trataría de la base de sus ingresos más inmediatos, a falta de concretarse algunos proyectos que la pareja podría estar perfilando como el retorno de Meghan a su carrera de actriz o la participación de Harry en proyectos de diversa índole.
Hay que recordar además que el registro de la marca Sussex Royal para la venta de artículos como ropa, libros o papelería está aún pendiente de decisión, dado que ha habido reclamaciones sobre la misma. En la histórica reunión del príncipe Harry con la reina Isabel II, su padre el príncipe Carlos y su hermano William, se acordó que los detalles sobre los ingresos futuros de la pareja quedarían fijados antes de la primavera. El plazo se va a agotando sin avances relevantes.
En gran medida también porque en el proyecto de desconexión trabajan parte de los miembros del equipo de confianza de los Duques de Sussex. Igual más pendientes de sus despidos inminentes que de dejar cerrado un asunto que no les va a quitar el sueño en unos meses.
Acontecimientos que alejan cada vez un poco más a Meghan Markle y al príncipe Harry del Reino Unido. Donde además la imagen de ambos se sigue erosionando. No han gustado nada las fotos de la pareja descendiendo del avión en el aeropuerto de Victoria, en Canadá, en las que se ve a Meghan Markle portando un portafolios de Prada cuyo precio en tienda ronda los 2.000 dólares, por muy ecológica que sea su producción.
*Foto principal: Gtres
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