Britney Spears (39) ha utilizado Instagram para destrozar a su padre, a su hermana y a todo aquel que ha sido crítico con ella. En una publicación abrasadora y llena de blasfemias, la estrella del pop dice que la tutela ordenada por el juez que ha puesto a su padre a cargo de su vida y carrera “mató sus sueños”.
Además, la cantante de “Toxic” criticó a todos aquellos que dejan comentarios en videos de ella haciendo rutinas de baile en su casa y que ella a menudo cuelga en su cuenta de Instagram. Spears insistió en que no volverá a actuar en directo mientras que su padre continúe dirigiendo su destino artístico. Tampoco le gusta que su hermana Jamie Lynn Spears se haya presentado en una entrega de premios interpretando sus canciones en formato remix.
Lamenta que esta supuesta protección la haya lastimado profundamente, porque esa tutela está arruinando sus sueños, pero aún le queda la esperanza de poder superarlo. No le gusta la forma en que los documentales traen a colación momentos humillantes de su pasado, que ella da por superado desde hace tiempo. También les dice a quienes no deseen “ver su trasero bailando en su sala de estar porque no está a la altura”, que lean un libro.
La publicación llega un día después de que se quejara de quienes no la apoyaron públicamente en el pasado, pero se apresuran a hacerlo ahora que el movimiento #FreeBritney.
Para terciar en el asunto reaparecen las declaraciones de Mel Gibson, que cuando la estrella sufrió su colapso público en 2008, se presentó en la puerta de su casa para decirle que el cristianismo la salvaría y la devolvería a Dios.
Lo cuenta el ex mejor amigo y ex entrenador de Spears, Sean Phillip, que destapó el trauma que ella experimentó a finales de 2007 antes de la crisis pública que la convirtió en controvertida tutela dirigida por su padre. Phillip dijo que después de que Spears se afeitara la cabeza y arremetiera contra los fotógrafos, una gran cantidad de personas se acercaron a la estrella del pop para ofrecerle apoyo.
“Recuerdo que Mel Gibson fue uno de ellos y le dijo que el cristianismo la salvaría y que se volvería a Dios”, dijo Phillip al periódico. “Todo fue bastante surrealista”. Phillip añade que en los meses previos al colapso, Spears estaba agotada física y mentalmente, y que su equipo la sostuvo con drogas.
Cuando la estrella del pop tuvo un colapso en el club nocturno Pure en Las Vegas durante el Año Nuevo de 2007, el equipo trató de encubrirlo. Es más, cuando se desmayó, la gerencia (presuntamente) trató de darle una anfetamina para que volviera a estar consciente y funcionando.
En aquel tiempo, Spears estaba agotada y la medicación que estaba tomando no la estaba ayudando. Se estaba volviendo paranoica como nunca y cuando Phillip la llevó a su habitación, evitando a la prensa y los curiosos, ella le dijo llorando que por qué era tan accesible y por qué seguía trabajando.
En 2008, después de varios informes sobre fiestas extremas, uso de drogas y arrebatos violentos, Britney Spears fue sacada de su casa atada a una camilla y puesta bajo la tutela de su padre. De eso hace ya trece años.
Hace dos semanas, la artista dijo en audiencia pública que su vida bajo tutela es un infierno absoluto. Incluso se quejó de que no le permiten quitarse el diu que le impide tener más hijos. Habló de haber sido drogada hasta la sumisión, obligada a trabajar en contra de su voluntad y de que cada detalle de su vida, incluso su propia dieta diaria, está controlada por un padre al que llama abusivo.
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