Foto: Gtres
La inspiración es una rama de la espiritualidad que nos abre los caminos más angostos de nuestra imaginación. Nos permite encontrar las mejores facetas de nuestra inteligencia emocional, nos empuja a forzar la máquina llamada creatividad y nos vincula con nuestra mejor versión. Sin embargo, la inspiración no se encuentra siempre donde queremos que esté. A veces, encontrarla es cuestión de suerte.
Y si no, que se lo digan a Taylor Swift, que nos sorprende con su maravillosa voz y la interpretación de sus canciones. A través de sus letras, la cantante es capaz de transportarnos a otro lugar, como a la famosa calle Cornelia. Allí vivió en una casa en el número 23, y se dice que es la casa en la que ha sido más feliz, pues la inspiró a componer su canción Cornelia Street.
El edificio se vendió hace poco por 17,9 millones de dólares, unos 16,61 de euros, una cantidad muy superior a la que habría pagado el ex casero de Taylor Swift. Y es que en 2005 la casa se vendió por 5,3 millones de dólares, unos 4,92 millones de euros. Sin embargo, poco después de que la cantante dejara la vivienda, se trató de vender por 24,5 millones de dólares, unos 22,74 millones de euros.
El edificio posee tres plantas sobre rasante, una bajo rasante y una superficie de 510 metros cuadrados. Todo, en un solar de 190 metros cuadrados. La vivienda se construyó en el año 1899, lo que lo transforma en una verdadera “antigualla” constructiva en la zona.
Destaca por su fachada de ladrillo visto y composición simétrica, con la puerta de garaje en el centro y dos puertas idénticas a sus lados. Además, en la primera planta tres ventanas se asoman al bullicio de la calle. Todo un clásico.
Según los medios norteamericanos, el edificio se construyó para almacenar carruajes tirados por caballos. Esto demuestra que una construcción no debe tener límites de uso, más bien, hay que permitir que sus propietarios disfruten de ella discreción.
Eso hizo el propietario italiano que la compró en 2019, que la destinó a exposición de los muebles Zanotta.
La corta crujía de la vivienda, unos seis metros, permite una distribución interior generosa. Cuenta con cuatro dormitorios y siete baños repartidos por todo el edificio.
Este posee techos de doble altura en algunas zonas, ampliando las estancias y dándoles más luz y ventilación. Además, en la planta sótano existe un gimnasio, una galería y un pequeño jardín.
Pero esto no es todo, en esta misma planta encontramos una generosa piscina, donde los fans de Taylor Swift pueden imaginársela cantando y dándose un baño.
Esta tiene unas dimensiones de cuatro metros y medio por nueve, con altura de hasta 1,67, ideal para adultos, y rodeada de pavimento de baldosas de basalto, una piedra muy apreciada e ideal en entornos húmedos.
Al fondo de la piscina, encontramos una la galería donde descansar, calentándose con una de las chimeneas de gas. Todo esto, antes de pasar al pequeño jardín. En la planta baja está también el garaje y un pequeño dormitorio.
Y el resto del espacio se dedica a las dobles alturas de la planta sótano. Mientras que en la segunda planta, una sala de estar nos brinda la oportunidad de disfrutar del espacio, junto a la cocina y el comedor.
Además, en esta planta se ubica el segundo dormitorio, con vistas a la calle, baño propio, armario empotrado y dos puertas para entrar. Debemos mencionar que la vivienda posee piso de madera rubio ipe, tropicales y de muy buena calidad, y de cerámica en algunas estancias.
Los techos presumen de vigas de madera ocultas bajo pintura blanca, lo que envilece su presencia, e impide que hagan juego con el pavimento y las chimeneas.
Otros materiales nobles del edificio son el mármol, que aparece en los baños, o el granito de la escalera, las cuales lucen blancas en sus paramentos y extrañan sus cartabones.
Por último, en la tercera planta están los dos dormitorios restantes, uno que da a fachada y que tiene una generosa terraza, y el principal, con una extensísima terraza con vistas a los edificios traseros. Éste cuenta, además, con un baño con claraboya y un vestidor.
También hay que destacar toda la carpintería de la vivienda. Ésta luce con finas líneas negras al estilo francés, contrastando en el interior con el blanco de las paredes y la integración exterior con la fachada de ladrillo. Esta carpintería va de piso a techo en las zonas intermedias y en las que dan a las terrazas.
Sin embargo, lo mejor de la vivienda es la terraza que se ubica en la planta cubierta. Ésta tiene una estructura metálica que simula una cubierta inclinada, con barandillas de barrotes de hierro, y unas vistas espectaculares.
Vamos, el lugar ideal donde pasar las horas viendo los edificios del corazón del Village. Además, cerca encuentras buenos restaurantes, tiendas y zonas de ocio. Sin duda, una zona que capaz de inspirar el talento de Taylor Swift.
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