Si escucháis que el nuevo centro de poder de EE.UU se ubica en el número 626 de Chain Bridge Road Mclean, en el condado de Fairfax, Virginia, no penséis que se trata de la Casa Blanca que ocupa Donald Trump, bueno, que ocupa por ahora, claro. No. Se trata de otra Casa Blanca, una que ha ocupado el hasta hace poco candidato a presidente norteamericano, Joe Biden.
Y es que, según nos cuentan desde la otra orilla del atlántico, Biden pasó muchas horas y días en este edificio de Virginia, haciendo planes para su triunfo. Un tiempo en el que estuvo rodeado de esos lujos que nos hacen más llevadero el trabajo (¿el teletrabajo?), como un piano de cola, sofás de terciopelo, arte en forma de cuadros, extensiones generosas de naturaleza a nuestro alrededor, y algunas otras minucias que posee esta flamante mansión, construida en 1989, y que está a tan solo catorce minutos en coche de la verdadera Casa Blanca.
Joe Biden alquiló esta propiedad en 2017 a Mark Ein, un multimillonario que la compró en junio de 2016 por 4,25 millones de dólares, 3,58 de euros, que además es vecino. Según las estimaciones de la empresa Zillow, el político podría estar pagando por la vivienda 19.000 dólares al mes, unos 16.000 euros. Una cantidad que no supondría ningún problema para Biden. Según el Washington Post, el ex vicepresidente habría hecho un buen negocio desde que dejó su cargo, ganando unos cuantos millones de dólares por discurso, por los que podría cobrar 200.000 dólares, unos 169.000 euros.
La finca tiene alrededor de 1.114 metros cuadrados de superficie construida. De la planta rectangular nace una extensión a su izquierda, a modo de brazo, y tiene un estilo marcadamente georgiano, a pesar de su moderna construcción. Se denomina estilo georgiano porque fue el más utilizado durante los siglos XVIII y XIX, cuando el trono de Inglaterra estuvo en mano de cuatro reyes llamados Jorge. También se apoda estilo colonial y fue el más utilizado en Norteamérica.
La residencia posee cinco habitaciones y ocho baños. Además de un terreno de 4.000 metros cuadrados fuertemente arbolados, donde espacios libres no faltan para el reposo mental o para la elucubración política. La vivienda se distribuye en tres plantas, de forma que se entra al inmueble por la planta uno, no la baja, que da a la parte trasera de la propiedad mediante generosas puertas de estilo francés.
Desde la trasera del inmueble se puede ver el río Potomac, además de otra impresionante mansión que, por lo que vemos de la zona, es lo habitual, ya que se trata de una de las ubicaciones más deseadas por las personalidades de los EE.UU. Tal es su éxito que la llaman la Costa de Oro.
En la parte frontal, posee un generoso espacio abierto de adoquines en el que caben hasta 20 vehículos, ideal para fiestas o reuniones de trabajo. Además, Biden no es el primer político que ocupa la casa, ya que la vivienda fue propiedad de Alexander Haig, ex-secretario de estado del gobierno americano.
Por supuesto la mini casa blanca ha dado buen servicio a Joe Biden, proveyéndole del confort necesario gracias a sus paredes de ladrillo y su cubierta de pizarra. Aunque debemos aclarar que nos ha decepcionado un poco la cubierta. Y es que es una simulación de cubierta tradicional, que finaliza a escasos metros. El resto es plana, rompiendo así la tradición georgiana de forjados a cuatro aguas, aunque mantenga la estética vista desde el suelo. En fin, todo no podía ser perfecto.
El interior no decepciona, gracias a sus grandes habitaciones, pues las principales cuentan con baño, sala de estar y hermosos vestidores. La vivienda continua con dos fantásticas escaleras, una renovada cocina de mármol, una sala de cine, sala de juegos, un gimnasio que incluye sauna y una generosa biblioteca. Además de chimeneas de mármol, un bar bien equipado, y una terraza en su primera planta digna de visitar. El pavimento que cubre casi toda la vivienda es de madera oscura, dando un toque serio y elegante, en contraste con las paredes de tonos neutros.
Sin embargo, el hecho de comparar este inmueble con la Casa Blanca no tiene que ver con la residencia de la familia Biden, sino con el diseño de su fachada principal. Se trata de una imitación en tonos rojizos, gracias al acabado de ladrillo, pero que mantiene un frontón triangular superior. A él llegan cuatro enormes columnas blancas de dos plantas de altura, y grandes huecos de carpintería a los lados, con pequeños dinteles triangulares en la planta inferior y ninguno en la superior.
Tal vez, la residencia sea un poco antigua para los modernos cánones de hoy día. Pero está claro que a Biden le ha prestado su ayuda para llegar a la poderosa posición de Presidente de los EEUU. Así que bien vale la pena perder unos minutos y visualizar en el siguiente enlace la recreación en 3D que ha hecho la empresa Homevisit. Igual, nos da alguna buena idea.
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