Nuestro país atrae cada año a más de 80 millones de turistas cuyos gustos y tendencias van cambiando con el tiempo. Los destinos «de sol y playa» siguen teniendo mucho valor para un sector que, sin embargo, evoluciona poco a poco hacia un modelo más especializado y sostenible. De todo esto hablamos con Gustavo Egusquiza, experto en turismo de lujo, hoteles boutique y autor del libro ‘España exclusiva: Un Recorrido Mágico Por Hoteles de Ensueño‘.
The Luxonomist: ¿Cómo empezó tu vínculo con los viajes de lujo?
Gustavo Egusquiza: Empecé viajando con mis padres. Siempre me ha gustado la hotelería de lujo, la entiendo desde muy pequeño. Después de estudiar y trabajar en banca en Reino Unido decidí dar un giro a mi vida. Volví a España, estudié literatura española y empecé a escribir. Me especializo en hoteles boutique que están cerca de la naturaleza y que no se conocen tanto.
TL: En tu libro ‘España Exclusiva’ destacas 20 establecimientos especiales de nuestro país. ¿Cuáles son para ti los tres mejores?
Gustavo Egusquiza: En primer lugar La Donaira en la sierra de Málaga porque combina naturaleza con experiencia, desconexión y exclusividad. Luego Tanda de Barranco en Ciudad Real, con 7.000 hectáreas para ojeo y caza de perdiz; actividades al aire libre y un trato a medida. Y otro de los mejores para mí es el Palacio de la Helguera, en Puente Viesgo, que aúna decoración, mobiliario de época y la posibilidad de desconectar en un paraje incomparable.
TL: ¿En tu clasificación no hay lugar para las grandes cadenas hoteleras?
Gustavo Egusquiza: El gran lujo para mí es la personalización, la atención especializada… huyo de los grandes establecimientos porque no pueden ofrecerte todo esto. Creo en los hoteles pequeños, exclusivos, donde te llamen por tu nombre y recuerden si tienes alergias alimentarias a la hora de comer. Un trato así no pueden dártelo los grandes hoteles por la gran cantidad de personal que tienen y la falta de tiempo para tratar al cliente.
TL: No obstante, las grandes cadenas confían en España para instalarse…
Gustavo Egusquiza: Sí, y lo están haciendo muy bien, por ejemplo en Madrid, que trabaja para convertirse en uno de los primeros destinos urbanos de lujo dentro de Europa. Los grandes hoteles allí responden a la demanda de un viajero que quiere un turismo más urbano, de compras… y con estancias cortas. Para estancias largas se tiende cada vez más al turismo de lujo en establecimientos más pequeños, ligados al campo y las experiencias.
TL: ¿Cuáles son los destinos españoles favoritos para este turista de lujo que busca los alojamientos especiales?
GE: En primer lugar Ibiza, sin duda. Y después Mallorca, que tiene un gran potencial por explotar.
TL: ¿Qué papel ha jugado la pandemia en este cambio de tendencia?
EG: El Covid ha forzado a replantearse las cosas. El cambio climático lo hubiera hecho, porque los recursos son limitados y el modelo de turismo de ahora está obsoleto. La pandemia ha permitido pararse a pensar y replantear la estrategia hacia un modelo más sostenible y de futuro.
TL: ¿Es eso lo que pide el turista de lujo?
EG: Sin duda. La sostenibilidad es algo que el turista de lujo busca y los hoteles que no respondan a estas exigencias se van a quedar atrás. Ha habido un cambio en los hábitos de consumo, acentuado por el Covid; cada vez se buscan destinos más aislados, más especiales… y el contacto con la naturaleza.
TL: ¿Cuáles son a tu juicio los destinos que se van a poner de moda próximamente?
GE: En primer lugar Noruega, por el cuidado y la concienciación que tienen con el medio ambiente, por su paisaje y su gastronomía. Y dentro de Noruega la ciudad de Velvet donde se pueden ver auroras boreales, osos polares… es espectacular.
En segundo lugar Bután (al este del Himalaya), también conocido como ‘El país de la felicidad’. Solo concede 10.000 visas al año para turistas así que es un destino nada masificado con lugares sagrados y una ruta cerrada desde 1960, el Trans Bhutan Trail, muy interesante. El tercer puesto sería para las Islas Cook, en el Pacífico Sur, reclamadas por James Cook para la corona británica en el siglo XVIII. Ofrecen todo lo que un turista de lujo puede demandar: privacidad, exclusividad y actividades de aventura, buceo, etc.
TL: ¿Y si hablamos de Europa?
GE: En primer lugar Noruega, como hemos comentado; y en segundo lugar… España. Hemos sido un destino de moda y vamos a volver a serlo, con una propuesta reconvertida hacia el lujo especial, personal y de conexión con la naturaleza. En tercer lugar Italia, porque tiene lugares espectaculares que lo están haciendo muy bien. Tienen cultura, arquitectura, historia, cascos antiguos, gastronomía tradicional y conexión con la naturaleza.
TL: Estas últimas cualidades también las tenemos en España… ¿Ocuparemos el top 1 de destinos de lujo exclusivo en Europa?
GE: Yo creo que sí. España lo tiene todo, solo tenemos que administrarlo bien y gestionarlo de manera adecuada. Con políticas gubernamentales, iniciativas privadas e infraestructuras necesarias en unos 3 a 5 años veremos resultados. Pero la reconversión tiene que ser global y los hoteleros tienen que ofrecer formación continuada a los profesionales, contratos decentes y políticas de sostenibilidad.
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