LUIS PIEDRAHITA: «En el colegio era anodino, lo peor que se puede ser. El yerno perfecto»

Amalia Enríquez. 06/11/2020
Foto: Diego Martínez

Ha conseguido lo que otros no logran en toda la vida: llevarse bien con él mismo. Luis Piedrahita es un gallego ejerciente, que tiene en el escenario el lugar perfecto para realizarse a todos los niveles. Representa en los cines Callao de Madrid ‘Es mi palabra contra la mía’, un homenaje a la vieja normalidad. Un monólogo cargado de ingenio y ternura, en el que reflexiona acerca de que nadie está contento con lo que le ha tocado. Y es algo que suele ser verdad…

The Luxonomist: ¿Eres de los que encajan bien que te lleven la contraria?
Luis Piedrahita: Sí, lo encajo bien. La persona que más me lleva la contraria soy yo mismo y ya me he acostumbrado.

TL: ¿La mayor virtud de un monologuista?
Luis Piedrahita: Ser divertido. Esa es la gran virtud. Para llegar a ello se puede recurrir a varias vías. Yo recomiendo trabajar mucho. Y estudiar. Ser divertido. Y no ser pesado. No repetirse. Y ser divertido. Y no repetirse. Eso ya lo he dicho, ¿verdad?.

“No conozco ninguna droga que te haga sentir las sensaciones del escenario”

Foto: Diego Martínez

TL: ¿Uno está preparado para que el público no reaccione a sus propuestas?
Luis Piedrahita: Uno tiene que prepararse para ello. El humorista propone un chiste, una broma o una reflexión y el público responde. Así va avanzando el show. Si un día haces un chiste y no hay respuesta puede ser por muchísimas cosas. Ese instante de vértigo te recorre durante unas milésimas de segundo y es bueno que el público no vea cómo el terror se asoma a tus ojos. En ese momento no hay tiempo para pararse a pensar qué ha fallado. Lo más práctico es pasar a lo siguiente, casi de modo mecánico.

Cuando han fallado dos o tres estímulos seguidos… ahí tenemos un problema, pero ya ha pasado el tiempo suficiente para empezar a olisquear qué es lo que puede estar fallando. La experiencia te enseña a detectar el fallo después de dos o tres errores. Ahora solo falta tener la destreza y el talento para solucionar el problema y seguir. La respuesta a tu pregunta es: sí, uno está preparado para eso.

TL: ¿Qué te da el escenario que no encuentras en ninguna otra actividad de la vida?
Luis Piedrahita: ¡Uuuuuh! No es fácil de describir. El cuerpo experimenta sensaciones fascinantes: nervios, inquietud, ganas, terror, picores, sequedad, secreciones… todos eso enseguida se transforma en ingenio, velocidad y seguridad. Es muy excitante. Sientes que das y sientes que recibes. Ves al público explotar de risa, los ves disfrutar y sientes que haces muy feliz a mucha gente. Y sin embargo sientes que en ese intercambio el que sale ganando eres tú. Por eso es tan adictivo. No conozco ninguna droga que te haga sentir eso y que no deje una resaca de tres días.

“Soy muy bueno dibujando esqueletos de insectos”

Foto: Diego Martínez

TL: De gallega a gallego, ¿Galicia Calidade?
LP: ¡Claro! Siempre.

TL: ¿Lo mejor que se te da hacer?
LP: Soy muy bueno dibujando esqueletos de insectos.

TL: ¿Quién ha marcado realmente tu vida?
LP: Mi pareja.

TL: ¿Qué te pone de buen humor?
LP: Mi pareja y dibujar esqueletos de invertebrados.

TL: Esa canción que, cuando la escuchas, se te mueven los pies sin remisión.
LP: ‘Like a Rolling Stone’, la versión de los Rolling.

TL: ¿En qué eras brillante en el colegio?
LP: En nada. No destacaba por nada. Era el gran anodino. No era ni listo ni tonto. Ni guapo ni feo. Ni gracioso ni aburrido. Era lo peor que se puede ser, era el perfecto yerno.

TL: Esa obra de arte que te gustaría tener expuesta en casa.
LP: La novena de Beethoven. Eso implica tener un salón amplio en el que quepan una orquesta sinfónica y un coro.

TL: ¿Un talento que se te resiste por mucho que lo intentes?
LP: Cantar. Tengo la misma capacidad de entonar que la cisterna de un váter.

«Me quedaría a vivir en una película de Woody Allen»

Fotos: Dani Mantis

TL: ¿Eres de una mentira piadosa a tiempo?
LP: No. Aunque a veces los magos y los cuentistas mentimos un poco. No son mentiras piadosas, son mentiras artísticas.

TL: ¿Cuál es la compañía perfecta para irte de fiesta?
LP: Voy poco de fiesta. Cuando voy suele ser todo muy tranquilo. Elijo a conversadores. Gente con charlas jugosas y nutritivas.

TL: ¿Esa palabra que nunca regateas y más usas?
LP: Gracias.

TL: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
LP: Primero a un chaval borroso sin afeitar. Luego a un chaval con gafas bien afeitado.

TL: ¿Ese bien que más valoras?
LP: La salud.

TL: ¿Qué llevas siempre en los bolsillos?
LP: Un agujero. No salgo de casa sin él.

TL: ¿La enseñanza que nos deja vivir en pareja?
LP: Ninguna. Es un aprendizaje constante sin enseñanza. De la experiencia de vivir en pareja queda poco conocimiento encapsulable, compartible y aplicable para todo el mundo. Lo irrepetible tiene eso. Uno aprende una lección que solo sirve para el instante efímero que se comparte en ese segundo concreto. En el amor no funciona repetir lecciones aprendidas.

«No salgo de casa sin mi agujero en el bolsillo»

Fotos: Diego Martínez

TL: ¿Tu mayor decepción?
LP: Los políticos y la pandemia.

TL: ¿A quién sigues con interés en las redes sociales?
LP: A El Mundo Today, a Riki Blanco, a Jaime Altozano, a Ter y a Donald Trump. A veces los confundo.

TL: ¿Hay alguna situación en la vida en la que, por algo, te pones pesado?
LP: Seguramente sí, pero ahora no caigo.

TL: Una película en la que te gustaría quedarte a vivir..
LP: Alguna de Woody Allen o Ser o no ser de E. Lubitsch.

TL: Esa experiencia gastronómica inolvidable.
LP: Un buen pincho de tortilla, un buen jamón, un buen queso y un buen vino. Me gusta muchísimo el “un buen”. Lo demás ya es pedantería.

TL: La pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder.
LP: ¿Dónde se pueden conseguir las entradas para el show que estas haciendo en los cines Callao de Madrid?

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