Nunca falla. Mario Casas es un profesional concienzudo, meticuloso, perfeccionista y, a veces, obsesivo. Como entrevistador, siempre está dispuesto a ofrecer su mejor cara. Los años han propiciado que la relación periodista-personaje se haya asentado y, cuando nos decimos “ven”, ahí estamos. Acaba de estrenar ‘Hogar’, al lado de Javier Gutiérrez. Mario Casas es Tomás, Javier no cambia de nombre a su personaje. Su “tour de force” es para no perdérselo. Eso sí, preparaos para estar en tensión…
The Luxonomist: ¿Hogar dulce hogar?
Mario Casas: Muy dulce, siempre.
TL: Hasta dónde llegarías para recuperar algo que crees que te pertenece?
MC: Si creo que lo merezco y que lo voy a recuperar porque es mío, realmente intentaría poner todo de mi parte, como fuese, para volverlo a tener.
TL: ¿El fin justifica los medios?
MC: No siempre. Hay fines que no se van a justificar nunca. No todo vale.
TL: ¿Las debilidades de Tomás son el “caldo de cultivo” para Javier?
MC: Sí. Javier es un tipo con unos rasgos psicopáticos y manipulador. Tomás, por la situación que vive con el alcohol, es un tipo débil que está en un momento muy frágil. Lógicamente es un “caldo de cultivo” porque Javier va a saber manipularlo para llevarlo al extremo y destrozarle la vida.
TL: En la vida, ¿es bueno cambiar las reglas del juego?
MC: Yo creo que es necesario. Es bueno salir de la zona de confort, en esa en la que uno está cómodo. Y me parece interesante que se cambien las reglas del juego y, a veces, volver a empezar desde el principio. A lo mejor estabas casi en la casilla del final y tienes que volver al start para comenzar desde el principio. Eso es interesante y el aprendizaje está ahí.
TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
MC: Yo creo que sí. Hay que ser consciente de en qué situación está uno y saber lo que uno siente. Si uno es sincero consigo mismo ¡claro que puede ser imparcial!
“Ante mi madre, siempre me quito el sombrero”
TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
MC: Nos vemos pronto.
TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?
MC: Siempre pienso en mi madre que justamente hoy, día en el que te respondo a este cuestionario, es su cumpleaños. Chapeau por cómo cuida a sus hijos, cómo se ha desvivido por todos y el trabajo que ha tenido que hacer durante toda su vida para criarnos. Ante ella, me quito el sombrero.
TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
MC: Muchas cosas pero, sobre todo, la comida.
TL: ¿Qué es lo que mejor se te da hacer?
MC: Creo que cuidar a los demás, sobre todo a los míos, a mis allegados, mi familia, mis amigos…
TL: Si pudieras ser otra persona o cosa, ¿por qué /quién optarías?
MC: Me gustaría ser un personaje de cine, de una serie de televisión. La primera que se me viene a la mente es ‘Lost’, que ha sido la precursora de todo lo que se ha creado alrededor del mundo de las series. Me habría gustado estar en esa isla. Pero, si tengo que decirte alguien real, me gustaría ser Rafa Nadal. Es alguien con muchísimo talento, muy inteligente y un deportista nato, al que admiro por su forma de ser, el comportamiento que siempre tiene ante la sociedad y que, además, es alguien muy querido.
TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
MC: Mi vida, mi proceso vital fue cuando me vine a Madrid. Con 17 años me vine a estudiar interpretación y mi vida cambió, dando un vuelco de 180 grados.
“Me encantaría meterme en una máquina del tiempo”
TL: ¿Qué pone en tu estado de WhatsApp?
MC: Tú lo sabes, porque tienes mi número de teléfono (risas). Es un punto y shhhhhhh, como mandando callar.
TL: ¿A quién meterías en una máquina del tiempo?
MC: La aprovecharía y me metería yo lógicamente (risas).
TL: ¿Qué locura has hecho para conocer a uno de tus iconos?
MC: He sido poco mitómano, aunque he tenido referentes en actores y películas. Los he seguido siempre, pero nunca fuera del entorno del trabajo. En el caso de Rafa Nadal que te comenté antes, me invitaron a jugar con él en la Caja Mágica y dije que sí sin dudarlo. Quería conocerle.
TL: ¿A qué eres inmune?
MC: A las alergias. No tengo alergia a nada.
TL: ¿El insulto hace callo?
MC: No, no, no… No hace callo, lo que hace es entender que hay una parte de tu trabajo que sabes que, una serie de personas, nunca van a respetar. El insulto te hace ver que, a veces, hacia tu persona o tu trabajo, hay una falta de respeto.
TL: ¿Marca España es…?
MC: Oportunidad de viajar mucho y te das cuenta de que, a veces, la quieres más fuera que dentro. España es alegría. Me quedaría con eso. La marca España es alegría.
TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
MC: La ropa básica, una máquina de afeitar que llevo siempre, porque los hombres sabemos cuál es esa que nos va al dedillo, y ya. La verdad es que soy bastante básico en los equipajes.
TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
MC: Yo creo que no. Creo en la suerte, pero mucho más en el talento. La suerte puedes tenerla en momentos puntuales que la vida te regala y yo los he tenido, pero el talento se trabaja. Si lo tienes, es más definitorio que la suerte.
TL: ¿A qué le suena la vida a Mario Casas?
MC: A amor, a belleza…
TL: ¿La belleza da poder?
MC: Dependiendo de situaciones, a lo que te dediques o lo que pretendas en tu vida, es posible que ayude pero, si piensas que siempre vas a tener poder por poseer belleza, ahí está el error. Puedes tener una máscara bella, un exterior atractivo pero si detrás de eso no hay nada, no se sustenta.
TL: ¿El dolor más intenso?
MC: Yo, hasta el momento (toco madera), no ha sido la pérdida, pero sí el desamor. Eso es lo que más dolor me ha producido hasta el día de hoy.
TL: ¿Ser elegante es…?
MC: Ser uno mismo. Yo me considero poco elegante y veo gente que se pone cualquier cosa, un chándal o un pijama y está elegante, tiene ese “algo innato”. Pero lo que me parece ser elegante, al final del día, es ser uno mismo.
“El desamor es lo que más dolor me ha producido hasta hoy”
TL: ¿Qué le hace perder la templanza a Mario Casas?
MC: No ser conscientes de situaciones puntuales como la que estamos viviendo ahora. A veces somos muy inconscientes y eso hace que la pierda.
TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
MC: ¡Ostras! Hay muchos actores y directores que me gustan. Con cualquiera de ellos. Y, posiblemente, una que me gustaría es en los Oscar (risas) y verlos a todos.
TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
MC: No me viene ahora ninguna que se me haya quedado grabada. Al final, las críticas nunca van a ser de verdad 100 %, leas la que leas. Puedes empatizar en algunos puntos, pero nunca van a saber de manera completa cómo has construido el personaje, cómo ha sido el rodaje, cómo te has llevado con el equipo. Eso es imposible, por lo que no ha habido una que haya sido cien por cien verdad y me haya dolido.
TL: ¿La pregunta que no te he hecho y te habría gustado?
MC: ¡Ostras! Es que me has hecho muchas preguntas en todas nuestras entrevistas, siempre me has hecho grandes preguntas y siempre desde el respeto, pero te dejo una para la próxima. Tal vez qué me gustaría ser o dónde me vería en la siguiente vida.
*Foto principal: Abraham Blázquez.
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