El arresto de Peter Nygard agrava la situación del príncipe Andrés

Peter Nygard ha gozado de unos meses de tregua en la batalla judicial abierta a principios de año por la justicia estadounidense. El que fuera uno de los magnates de la moda durante varias décadas, tuvo que alejarse de su negocio definitivamente a principios de este fatídico 2020. La policía allanaba la sede de la empresa en febrero, en busca de pruebas sobre un presunto delito de tráfico sexual. Nygard International se declaraba en suspensión de pagos un mes después y se encuentra en plena liquidación. El empresario, de 79 años, ha sido arrestado por la policía canadiense y está pendiente de ser extraditado a Estados Unidos.

Sobre él pesan dos cargos principales: asociación ilícita y violencia sexual contra niñas menores de edad. Al menos diez testigos le acusan de haberlas captado en Nueva York con falsas promesas de trabajo. Después, supuestamente, las trasladaba en vuelos privados a las Bahamas, donde participaban en fiestas repletas de alcohol, drogas y violencia sexual.

Peter Nygard será extraditado a Estados Unidos

La fiscalía de Nueva York cree que Nygard habría utilizado su posición dentro de la empresa, así como personal de la misma, para captar a las jóvenes «de entornos económicos desfavorecidos» a las que mantenía bajo control «mediante la fuerza, el fraude y la coacción». El empresario, que fundó su empresa textil en 1967, habría mantenido estas actividades durante al menos 25 años.

Y como sucede con el caso Epstein, los investigadores quieren corroborar los nombres de todos los que participaron en las fiestas que se celebraban en la mansión de estilo maya que Peter Nygard tiene en las Bahamas. Y entre los protagonistas que supuestamente habrían participado en las mismas, se encontraría de nuevo implicado el príncipe Andrés. Amigo personal de Epstein, que se suicidó en su celda en agosto de 2019, el hijo de la reina Isabel II también habría estado en la propiedad de Nygard. Algo que los investigadores estadounidenses quieren corroborar cuando tomen declaración al empresario de origen finlandés.