El pedófilo Jeffrey Epstein y su amante estuvieron en Balmoral con el príncipe Andrés
El FBI incautó en la mansión de Jeffrey Epstein una fotografía del magnate y su amante Ghislaine Maxwell en uno de los retiros favoritos de la reina Isabel II y su difunto esposo.
El juicio que se sigue en Nueva York contra Ghislaine Maxwell, la amante, socia y consejera del pedófilo Jeffrey Epstein, sigue proporcionando sorpresas. Como la fotografía mostrada ante el jurado en la que se ve a la pareja compartir un instante de relax en la cabaña que posee la familia real británica en Balmoral. Curiosamente, en el mismo lugar donde se han dejado fotografiar miembros tan destacados como la propia Isabel II o su marido, el fallecido príncipe Felipe.
Parece que no hay duda de que el autor de la fotografía es el hijo de ambos, el príncipe Andrés, que habría invitado a Epstein y Maxwell a pasar unos días de descanso en ese idílico y exclusivo lugar. Aunque no se ha fechado oficialmente la foto, se cree que pudo ser tomada en 1999.
El FBI posee un nutrido e incómodo archivo personal de Jeffrey Epstein
Tanto ésta como otro nutrido número de fotografías fueron incautadas por el FBI durante un registro en 2019 en la mansión que Jeffrey Epstein poseía en Manhattan. En las mismas fechas en las que fue detenido por cargos relacionados con la explotación sexual y abuso de menores. Semanas después, Epstein se quitaría la vida en prisión. Las estampas han sido mostradas al tribunal para demostrar la intensa relación personal que tuvieron los dos.
Epstein y el príncipe Andrés en Balmoral
La fiscalía intenta probar que Ghislaine Maxwell jugaba un papel fundamental en una trama de abusos sexuales que también salpica al príncipe Andrés. Fotografías como la mostrada al tribunal le implican de lleno en el llamado ‘Caso Epstein’, ya que pocas personas tienen acceso a la cabaña de Balmoral. Hasta el momento y durante el juicio, el nombre de Andrés ha salido en tres ocasiones.
Ha sido nombrado por el piloto de Epstein, que dijo que voló con el financiero caído en desgracia varias veces; por Jane, una presunta víctima de tráfico sexual que dijo que recordaba a Andrés en el avión; y por un antiguo conserje, que afirmó de él que siempre fue educado y agradable. “Fue el único que nos dejó una propina”, aseguró.