Alejandro Lequio creció rodeado de cámaras y micrófonos. Pero siempre permaneció lejos de un mundo que no era el suyo. Así lo confesaba en una de las primeras entrevistas que concedió al poco de comenzar su carrera profesional. Fue en ABC, hace cuatro años. Acababa de comenzar su nueva vida laboral, llena de ilusiones, tras culminar una carrera modélica como estudiante. Su pasión era el Neuromarketing y a ello se pensaba dedicar en cuerpo y alma tras dejar la Universidad de Duke como uno de los estudiantes más destacados de su promoción.
Sus padres le protegieron, sobre todo con el paso de los años, de un mundo para el que no estaba hecho. Y él mismo confesaba en dicho medio que “las únicas veces que me habéis visto en televisión han sido para financiar mi empresa, utilizando el mundo del corazón para conseguir ingresos, con una finalidad corporativa”. En su corazón, Alejandro Lequio tenía claro quiénes eran los protagonistas.
El día de su graduación, confesó con orgullo: “Soy el fruto de su esfuerzo”. Ana Obregón era su principal ejemplo en la vida. Pensaba de ella que era “la mejor artista de España”. Pero sobre todo, tenía una admiración absoluta a lo que había hecho en la vida y a cómo afrontaba los retos: “Es una persona a la que admiro mucho, que se ha esforzado, que tomó un camino totalmente diferente al de su familia, y que me ha demostrado todo lo que vale”.
Admiración y amor eterno que era plenamente correspondido. Sin ir más lejos, en la pasada Noche de Reyes, Ana Obregón compartía en sus redes sociales una fotografía con su hijo. Una hermosa estampa, llena de ternura con Alejandro Lequio de niño que acompañó con el texto: “Queridos Reyes Magos: no os pido nada porque todo lo que he deseado en mi vida ya me lo trajisteis hace 27 años”.
Su madre siempre estuvo cerca. Incluso en aquellos exigentes años de estudiante en Estados Unidos. No dudó un instante en trasladarse a Miami y trabajar desde allí. En guiar sus estudios y en ser su principal apoyo sentimental. Alejandro Lequio siempre fue muy reservado con su vida amorosa. Quizá su relación más conocida fue al poco de cumplir la mayoría de edad, con la actriz Andrea Guasch. Luego tuvo otras relaciones, pero ninguna de ellas trascendió públicamente con la intensidad de ésta. Su última relación sentimental conocida fue con Carolina Monje, una joven barcelonesa directora de un hotel en Ibiza.
*Foto principal: Gtres
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